La biología secuestrada. Comentario al artículo de Máximo Sandín titulado “En busca de la biología. Reflexiones sobre la evolución” Segunda Parte: Condiciones para el rescate

Seguimos comentando, capítulo a capítulo, el contenido del artículo de Máximo Sandín titulado

En busca de la biología. Reflexiones sobre la evolución«. En la entrada anterior comentábamos los cinco primeros capítulos, en esta los cinco últimos, es decir:

Retomando el camino

Algunas aclaraciones previas

Sobre la «integración de sistemas complejos»

La transformación de la evolución

Consideraciones finales


Retomando el camino

Después de una discusión bien jugosa sobre el famoso ejemplo de selección natural (polilla del abedul), Sandín comienza a orientar su planteamiento. Propone regresar ciento cincuenta años o más y retomar la obra de Lamarck. Me parece acertado este punto de partida puesto que si reconocemos un error histórico será necesario remontarnos a su origen. Aunque me gustaría sugerir el repaso crítico de la obra de otros proscritos del darwinismo, reconozco que por algún lado hay que empezar y la opción de Lamarck es muy adecuada, aunque sólo sea por haber sido uno de los personajes peor tratados en esta historia. Además de Lamarck, deberíamos también reconsiderar la obra de Robert Chambers, Blyth y Wallace (para repasar la verdadera autoría del concepto de Selección Natural). Otro autor olvidado del que oiremos hablar mucho en los próximos años es Karl von Baer, el fundador de la embriología. También habrá que repasar el trabajo meticuloso de zoólogos y paleontólogos, olvidado tras ser enterrado por el darwinismo bajo capas y capas de mercantilismo: Agassiz, Copé, Depéret, von Zittel. Habrá que revisar la obra de Trémaux que expuso el equilibrio puntuado ciento cincuenta años antes que Gould. Hay más autores, muchos más, y casí todos más originales que Darwin. Leer sus obras significa ya sumergirse en un mundo en el que la preocupación por la rentabilidad y el miedo todavía no tenían un papel tan protagonista como el que hoy tienen. El rescate de estos autores y de sus ideas puede servir para contemplar la Naturaleza de otra manera. Estoy de acuerdo en que:





un buen punto de partida, puede ser «Filosofía Zoológica»(1809), el primer tratado dedicado íntegramente al estudio científico de la evolución con la clara concepción de que este estudio es el que dota de base científica a la biologia.


Pero, al lado de Lamarck, surge siempre la figura, amenazante y todavía invicta, de Cuvier, del que todavía no podemos olvidarnos. No obstante, el modelo teórico que Sandín propone se basa en Lamarck y esto es intachable. Tiempo habrá de discutir detalles. Veamos pues algunos detalles de su propuesta:


Algunas aclaraciones previas

Se nos indica :

La elaboración, o la propuesta de un modelo teórico capaz de interrelacionar de un modo coherente los datos procedentes del registro fósil con los conocimientos biológicos de que disponemos en la actualidad y de estos entre sí, ha de partir, necesariamente, de los datos actuales (y no a la inversa, como parece ser lo asumido). Pero antes de pasar a comentar (obligatoriamente, de un modo superficial) las principales características y el posible significado de esta propuesta (Sandín 1997), creo conveniente un preámbulo para hacer unas aclaraciones sobre dos aspectos que pueden dificultar su interpretación como modelo de inspiración lamarckista.

El primero, atañe a la «adecuación» de todas las ideas de Lamarck a los datos actuales.

El segundo resulta más complejo. Se trata de un intento de clarificación de algunas confusiones, muy arraigadas en la terminología evolutiva, creadas precisamente por la confusión con que está planteado el darwinismo, tanto en su formulación inicial, como, muy especialmente, en sus posteriores «interpretaciones».

Resulta muy sano comenzar por depurar conceptos utilizados a menudo erróneamente. Ya lo veíamos arriba con “unidad de información genética”. Ahora tenemos más ejemplos: transformación de las especies es un término más adecuado que evolución. El segundo tiene connotaciones de valoración positiva que son inadecuadas. Todas las imágenes y términos asociados con la personificación  en la naturaleza no conducen sino a error y deberían ser abandonadas (Gen egoísta y otros muchos ejemplos que se indican en este capítulo)

Sobre la «integración de sistemas complejos»

Las ideas no tienen dueño, indica acertadamente Sandín y además:

todas las ideas científicas, incluidas las que puedan parecer más originales, están basadas en el trabajo de otros, contemporáneos o antecesores, sin el cual no se podrían haber formulado. No se podrían haber planteado las preguntas ni imaginado las respuestas. Y seguramente, así ha sido desde que la Ciencia existe como tal. Sólo se pueden considerar «teorías» originales cuando son «ocurrencias», sin base científica y, por tanto sin ideas u observaciones científicas sobre las que apoyarse, como la idea de que los «genes» son egoístas y competitivos, o que la Naturaleza selecciona los seres vivos de la misma forma que los ganaderos seleccionan ganado.

La propuesta de Sandín es inter-disciplinar y se apoya en otros autores anteriores:

Lo que he pretendido plantear es el bosquejo de un trabajo que, tampoco me cansaré de insistir, debería ser afrontado por equipos formados por especialistas de las distintas disciplinas, el de poner en común la enorme masa de información acumulada en los últimos años para elaborar una verdadera base teórica que relacionase todos ellos coherentemente, científicamente, pero sin olvidar muchas de las brillantes propuestas de científicos que nos han precedido y que pueden proporcionar el soporte para esa tarea. Una labor que, en este caso se apoya sobre los hombros de Lamarck, con su visión vitalista de la Naturaleza retomada por Steele y Jablonka, Arrhenius, con su idea de la panspermia retomada por Hoyle, Merezkovsky, y la simbiogénesis retomada por Margulis, Goldschmidt con sus «monstruos esperanzados» y el saltacionismo del proceso de especiación retomado por Gould y Eldredge… El problema de esta «protopropuesta», que asumo sin ambages, es que, cuando a las inevitables limitaciones de afrontar esta labor de una forma individual se unen las limitaciones personales, la visión que se obtiene es posiblemente superficial y seguramente incompleta.

Y procura ceñirse a datos reales. Siendo así es acertado preguntar:

¿No resulta desasosegante para un científico pensar que la base científica de su disciplina se sustenta sobre hechos inexistentes?

Es decir, ¿cómo y por qué en biología se han mantenido tal cantidad de fantasmas, entre los que se indican la sopa prebiótica», el «mundo ARN», LUCA, los «replicadores» del «Gen egoísta»,etc. etc…..?

Es decir, ¿cómo y por qué en biología se han mantenido tal cantidad de fantasmas?

El capítulo presenta una gran cantidad de resultados y datos que ponen de manifiesto la complejidad en la biología actual. Cada organismo está integrado en (y, en muchos casos, constituido por) redes de organismos. Las bacterias y los virus son antiquísimos en la Tierra, ambos se presentan en formas muy variadas y han podido tener funciones sorprendentes e inesperadas en la relaciones entre seres, mediando los cambios en respuesta a condiciones ambientales y la modificación de los patrones de desarrollo. Pero Sandín va más allá de una recopilación actualizada de datos y propone el punto de partida para desarrollar una nueva base teórica para la biología: La concepción de los seres vivos como sistemas dinámicos, dotados de mecanismos de interacción sorprendentes y que en ningún momento son ajenos a nosotros mismos (ser humano, investigador, autor de un artículo, lector). Interacción que debe estar sometida a unas reglas y en la que el azar queda definitivamente expulsado de su lugar preponderante en la biología secuestrada por el darwinismo. Sandín denomina a su propuesta «Integración de sistemas complejos» y se basa en la Teoría General de Sistemas expuesta por von Bertalanffy.

La transformación de la evolución

Los cambios bruscos en el registro fósil no son lagunas en las hipotéticas series darvinistas sino que representan la realidad de una transformación a saltos. Resultados del campo de la embriología pueden acercarnos también a visiones antiguas:

en el artículo «Gene regulatory networks and the evolution of animal body plans » (Davidson, E. H. y Erwin, D. H., 2006) se nos informa de la existencia de tres tipos fundamentales de «redes» en el control del desarrollo embrionario: la primera constituye lo que los autores denominan kernels (semillas) que controlan las características de la morfogénesis a nivel de Phylum o Superphylum, el segundo, controla la elaboración de patrones morfológicos, y las alteraciones en distintos niveles el despliegue de sus conexiones y el funcionamiento de sus «interruptores» origina cambios de Clase, Orden y Familia, y finalmente, las alteraciones en baterías de genes y su despliegue serían las responsables de la especiación. Esto nos lleva a recordar la famosa polémica levantada por la honesta afirmación de R. Goldschmidt (1940), derivada de sus observaciones, sobre la necesidad de que los cambios necesarios para que se produjese la especiación habrían de ser, necesariamente, mediante «macromutaciones» de efecto instantáneo con consecuencias visibles sobre la variabilidad de los individuos

Los datos sobre la «incorporación» de nuevas secuencias relacionados con cambios trascendentales en la evolución son cada día más abundantes (Pierce, S. K. et al., 2003). También las relacionadas translocaciones y reorganizaciones genómicas relacionadas con los transposones (Loning, W. W. y Shaedler, H., 2003) y con repeticiones de secuencias génicas, parciales o «extensivas» (Gu et al., 2002; McLisaght et al., 2002), de evidente origen en los retrotransposones y también originarias de las sucesivas duplicaciones de los genes Hox (Wagner, G. P. et al., 2003; García-Fernández, J., 2005)

En definitiva, hemos de asumir que la acumulación de información sobre los fenómenos biológicos nos sitúa frente a una Naturaleza infinitamente más bella, poderosa y coherente que la sórdida visión que nos «enseñó» la vieja mentalidad simplista, reduccionista, aleatoria y competitiva. Que la vida se desarrolla en medio de unas continuas y estrechas interacciones de los organismos entre sí y con el entorno, mediante el intercambio de información genética por transferencia horizontal de genes, para la cual también existen «hot spots», es decir tendencias predeterminadas (Timakov et al., 2002; Medrano-Soto, et al., 2004), y mediante procesos de ajuste al entorno que producen una adaptaciones de una coherencia y eficacia extraordinarias. Que la vida se puede estudiar científicamente, que incluso se puede comprender. Y quizás así lleguemos a ser conscientes de que la Naturaleza es infinitamente más poderosa que nosotros. Que jamás la conseguiremos doblegar ni vivir al margen de ella.

Pero también tenemos que detenernos a pensar sobre otra realidad que la Naturaleza ha puesto ante nuestros ojos. Vivimos literalmente inmersos en un mar de bacterias y virus. Sólo es necesario que consigamos provocar una catástrofe de suficientes dimensiones para desencadenar el siguiente paso.

Consideraciones finales y Condiciones para un rescate

En el apartado final del artículo Sandín expone:

Es necesario detenerse a pensar sobre lo que hay realmente detrás de muchas supuestas soluciones a problemas inexistentes o mal diagnosticados, como la puesta en el mercado de millones de dosis de supuestas vacunas contra la «gripe aviar», o las campañas de vacunación masiva contra un virus endógeno. Porque, como todos sabemos, «el Mercado» es el que dirige el destino de la Humanidad. Y ante «el Mercado», ni la ética, ni la Ciencia, ni la verdad, tienen ningún poder.

Y termina con lo que sería el punto de partida para establecer las condiciones de un rescate necesario:

Los biólogos, los científicos, tenemos ante nosotros una grave responsabilidad: Decidir si asistimos pasivamente al desenlace de esta aventura irresponsable, o si afrontamos la tarea de construir y transmitir a la sociedad una Biología realmente científica. Al servicio de la Humanidad.

El español es un idioma en expansión. No está tan contaminado como el inglés por determinados aspectos económicos y culturales que en este momento dificultan el desarrollo de una biología teórica y rebosante de planteamientos filosóficos que reclaman su aplicación en biología. Sería una lástima que cayésemos en la torpeza de obligarnos a nosotros mismos a seguir los caminos marcados por el idioma inglés, inseparable, en su aproximación a la Naturaleza, del darwinismo y no supiésemos aprovechar las aportaciones originales de nuestros colegas. Los biólogos hispano-hablantes deberíamos recibir ahora esta propuesta de Sandín con la misma generosidad (a veces excesiva) con que hemos tratado ideas y autores extranjeros. Ahora está en nuestras manos discutir la continuidad de esta propuesta …….

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5 comentarios

  1. Hola acabo de poner este mensaje en "La lógica del titiritero"

    http://pablorpalenzuela.wordpress.com/2008/12/04/%C2%BFdarwin%C2%B4s-day/:

    ¿Nostálgicos? No querrás decir "sectarios".

    🙂

    ¿Nadie se acuerda de otros autores de la época? Robert Chambers, Blyth, Wallace, Lamarck, Karl von Baer Agassiz, Copé, Depéret, von Zittel y Trémaux ¿Os dará la gana de acordaros? O la historia os importa un carajo…

    http://weblogs.madrimasd.org/biologia_pensamiento/archive/2008/12/01/108339.aspx

    LA CIENCIA NO LA HACE UNA PERSONA…

    ———–

    Como es su blog hará lo que le dé la gana. Pero si cada uno de los blogs que tratan la "evolución" niegan la historia, no son científicos son sectarios hasta que acepten la historia de la ciencia en la que todos están (estamos) inmersos con sus filias, fobias y modas.

    He aquí una advertencia… que algunos lo tomarán como una ofensa… Pero las ideas son más importantes que las personas mitificadas que plasman los descubrimientos e inventos en la REALIDAD.

  2. Hola Biocomplex,

    No veo tu comentario en el blog del titiritero. Supongo que pronto saldrá, pero estáte atento porque los blog de WordPress rechazan como spam los comentarios que llevan vínculos. Me ha ocurrido varias veces con el titiritero,…..

    Muchas gracias porque no nos falta ya más que empezar a quitar los santos de nuestro santoral, para poner a los de la religión darwinista. ¡El colmo!

    He puesto yo otro indicando que lo que se celebra son ciento cincuenta años de vivir en el error y que por favor alguien me diga ¿Qué es la Teoría darwinista de Evolución por Selección Natural ?:

    1. Un hecho

    2. Una verdad absoluta

    3. Una teoría en sentido amplio

    4. Un teoría en sentido restringido (experimental, falsable)

    Estaré pendiente, y seguire tratando del tema en breve…

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