En torno a Schopenhauer y la voluntad de la naturaleza III: Elogio de Kant y ataque a franceses e ingleses


Puede que haya algo de razón en Schopenahuer,…puede que mucha o, tal vez, no tanta. No lo sabemos.

En todo caso, al leer sus escritos, vemos reflejada de nuevo nuestra propia incapacidad para entenderlos debidamente y, por otra parte, reconocemos la validez de su intento de anclar el conocimiento de la Naturaleza en los amplios dominios del saber. Puede que todavía haya algo más, incluso cabe que sus escritos sean la morada de un genio latente,……. porque según el mismo dice en un párrafo que tiene un eco romántico y que recuerda a Goethe:

Para poderse sonreír de anticipado al oír hablar de simpatía secreta o de acción mágica, es preciso hallar al mundo por completo comprensible, cosa que no cabe le suceda más que a aquel que lo mira con superficial mirada, sin sospechar siquiera que estamos sumidos en un mar de enigmas y de incomprensibilidades, y que no conocemos inmediatamente a fondo las cosas ni a nosotros mismos. La opinión opuesta a ésta es la que hace precisamente que casi todos los grandes hombres, independientemente de tiempo y nacionalidad, hayan tenido un cierto tinte de supersticiosos. Si nuestro modo natural de conocer fuera tal que nos procurase inmediatamente las cosas en sí y, por tanto, relaciones absolutamente verdaderas de las cosas y sus respectos, estaríamos autorizados a rechazar a priori e incondicionalmente, por consiguiente, toda presciencia del futuro, todas las apariciones de ausentes o de moribundos, o aun de difuntos, y toda influencia mágica. Mas si, como enseña Kant, lo que conocemos no es más que meros fenómenos, cuyas formas y leyes no se extienden a las mismas cosas en si, es evidentemente precipitado rechazar tales fenómenos, puesto que se apoya el tal rechazo en leyes cuya a-prioridad se limita a los fenómenos, quedando fuera de ellas las cosas en si, a que tiene que pertenecer también nuestro propio yo interno. Y son estas precisamente, las cosas en sí, las que pueden tener con nosotros relaciones de que broten los citados procesos, sobre que hay que esperar decisión a posteriori, sin anticiparnos a ella. El que los ingleses y los franceses se obstinen en rechazar a priori la autenticidad de tales procesos, depende de que están todavía sometidos en lo esencial a filosofía lockiana, según la cual no conocemos la cosa en sí más que por impresión sensible y sacándola de ésta, teniéndose inconsecuencia por incondicionadas las leyes del mundo material y sin hacer valer otra que el influjo físico. Creen por lo tanto, en una física, pero no en metafísica alguna, y no estatuyen otra magia más que la llamada “magia natural”, expresión que encierra la misma contradictio in adiecto que física sobrenatural a pesar de lo cual empléasela en serio innumerables veces, y a esta otra expresión una sóla vez y ella en broma por Lichtenberg. El pueblo, por el contrario, con su siempre pronta fe en influencias sobrenaturales en general, expresa a su modo aunque sólo sea sentida, la convicción de que lo que percibimos y comprendemos no son más que fenómenos y no cosas en sí. Y para que no se me diga que esto es ya demasiado, voy a transcribir aquí un pasaje del Fundamento de la Metafísica de las Costumbres de Kant. Dice así:

«Hay una observación que no exige de sutil meditación, sino que puede hacerla el entendimiento más vulgar, si bien a su manera, mediante una obscura distinción del juicio, que llama el sentimiento, y es la tal observación la de que todas las representaciones que nos ocurren sin nuestra voluntad (como las de los sentidos) no nos dan a conocer los objetos más que como nos afectan quedándosenos desconocido lo que puedan ser en sí, y que por lo que a este género de representaciones hace, ni aun con la mayor atención y claridad que demos al entendimiento, logramos alcanzar más conocimiento que el de los fenómenos y jamás el de las cosas en si. Una vez hecha esta distinción, síguese que hay que aceptar detrás del fenómeno alguna otra cosa que no es ya fenómeno o sea la cosa en sí.»

La lectura atenta y respetuosa de alguno de los textos de Schopenhauer puede ser útil para quien hoy cree necesaria la tarea consistente en remover los cimientos de la biología. Algunos conceptos fundamentales podrían verse desde perspectivas originales que arrojarían alguna luz en campos muy necesitados de ella. Por ejemplo el concepto de especie, en el que la biología moderna parece haberse estancado o el de carácter, que decididamente ha tomado por lo que no  es.

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6 comentarios

  1. Un saludo Emilio.

    La cuestion que propones es muy fecunda.

    Si bien podriamos obviar la singularidad de las experiencias magicas, estan se producen, si cabe, en el individuo.

    Podemos poner de constancia las dudas de estas mismas personas. Podriamos decir que las personas que tienen experiencias magicas son las mas escepticas ante el fenomeno que le ocurre.

    Seria como un individuo ajeno a todo lo que puedan percibir sus sentidos, al menos las neurociencias modernas nos lo quiere mostrar asi.

    No se me podria ocurrir, a mi por lo menos, un origen que no sea el sensible de todo este tipo de vivencias. Pero a la vez me negaria a aceptar que no nos estamos enfrentando a "apriorismos".

    Un saludo.

  2. Hola Andrés,

    Las neurociencias modernas, como tu dices, nos presentan al individuo y sus experiencias desde un punto de vista reduccionista y sometido a todo tipo de fenómenos y experiencias clasificables en su repertorio. El concepto Sensible, en este repertorio, quedaría reducido a lo relativo a los sentidos; pero estoy seguro de que explicar la sensibilidad de alguíen requiere el ir más allá de sus cinco sentidos.

    Si he entendido bien tu última frase que con tantas negativas se ha vuelto algo complicada, estaremos de acuerdo en que constantemente hemos de enfrentarnos a "apriorismos". Esa ha de ser una de las tareas fundamentales de la Ciencia y, sin embargo viene a ser lo contrario, que la Ciencia es la que consolida el apriorismo.

  3. Un saludo de nuevo, Emilio.

    Estoy deacuerdo contigo, si has querido dejar caer eso, que existe una conexion entre sensibilidad y sentido, las cuales son cosas distintas. Yo en esta conjetura suelo utilizar el termino "factum" o "facto", que parece un poco mas amplio para denominar esta singularidad.

    Mi opinion es que de todo esto el ser humano solo produce "conocimiento", y pareciera toda esta "maquinaria puesta en marcha" por y para el conocimiento.

    Toda la ciencia misma y todo pensamiento pareciera solo tratarse de apriorismos, si. Pero deberiamos empezar a considerarlo como un elemento mas, solo un ingrediente, que es para la psique.

    Y en este punto, cuidadosamente, tratar de discernir ese conocimiento con la etica o fines en el individuo, que normalmente solo nos lleva a justificar la finalidad de toda accion.

    Un saludo.

  4. La ética, que tu dices, Andrés, está en el fondo de todo el conocimiento. Unamuno lo expresó de esta forma:

    "La verdad que no edifica no es verdad para tí"

  5. me puedes explicar que es la voluntad, schopenhauer quiere decir que la voluntad es la que crea los fenomenos?

  6. Luis,

    Sí. Schopenhauer da ese papel predominante a la voluntad, como si el Mundo tuviese voluntad propia y la voluntad de cada ser humano fuese una especie de pequeña participación de esa voluntad general.

    Su libro "El Mundo como voluntad y como representación" desarrolla en detalle esta idea de modo bastante ameno. Schopenhauer es quizás de los filósofos cuya lectura es más asequible.

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