Giambatista Vico publicó su libro titulado ‘Principi di scienza nuova’ en Nápoles, en 1744. En el principio de la segunda parte escribió: “El hombre, por la naturaleza indefinida de la mente humana, cuándo se sumerge en la ignorancia, hace de sí mismo la regla del universo.” En esta sentencia, el autor reconoce el riesgo de la personificación a veces llamada también antropocentrismo.

Por un lado, personificación es la atribución de características humanas a seres no-humanos; pero además, tiene otros significados. Personificación expresa también la creencia de que el hombre es el centro del Universo: que todo existe en función de su necesidad y de su apetencia. Además, puesto que todo lo que nos es conocido, lo conocemos desde nuestro punto de vista (humano), es imposible evitar un cierto nivel de personificación en la interpretación de la Naturaleza. Como consecuencia de todo esto, doscientos cincuenta años después de Vico, la literatura científica está llena, a diestro y siniestro, de ejemplos de personificación.

A la larga, la personificación (antropocentrismo) puede resultar en una visión pobre y restringida del mundo mediante la cual interpretamos a la naturaleza según nuestras aptitudes e intereses. Esto puede ser evidente, más que en otras ciencias, en biología y del peligro que esta actitud encierra nos advertía el principito: Aprenderemos cosas interesantes pero corremos el riesgo de no ver lo esencial. Puede que mediante las percepciones de nuestros sentidos y mediante nuestra manera de ver y de estar en el mundo, nos estemos perdiendo partes importantes del mismo. Por eso la biología ha de tener cuidado en sus observaciones y sobretodo en la experimentación. Cierto es lo que vemos, pero cierto es también que no es lo único. Ciertos son los resultados de la experimentación, pero cierto es también que fueron obtenidos en condiciones muy precisas y todo ello en su momento histórico. Hoy podemos afirmar, lo mismo que hacía Vico en 1744, que el hombre, sumergido en la ignorancia, sigue creyéndose a si mismo la norma del Universo. Pero además hoy, no solamente sigue siendo esto tan cierto como en los tiempos de Vico, y el ser humano sigue tomándose a si mismo como el centro del universo, sino que, por otra parte y debido a la especialización, es cada vez más frecuente la ignorancia de las actividades de otros hombres, por ejemplo de la historia. La historia es muy importante en biología. Ambas son muy parecidas.

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