Como ya mencionamos en el Post anterior, los Documentos para una Estrategia Temática y la Directiva de Protección de Suelos de Europa ya han sido presentados. La Estrategia ha sido aprobada, mientras que la Directiva, lo hará tras pasar los tediosos trámites burocráticos de la UE. Todo el material técnico y los enlaces para bajar la documentación están en el enlace mentado en la primera línea. En esta nota abordaremos tan solo los temas más relevantes. Creemos que lo que aquí se dice también es válido Latinoamérica. Quizás algún día se intente realizar una iniciativa como ésta, aunque esperemos que el documento sea mejor y más completo. La única diferencia consistiría que al otro lado del charco habría que añadir con especial énfasis el factor de la producción agraria. La Directiva Europea hace especial hincapié en los aspectos de degradación ambiental y no en los agronómico-productivistas. ¿Cuales son los riesgos que amenazan a los suelos de Europa y a los del mundo? Analicémoslos sucintamente. 

 

La directiva explicita unas directrices con vistas a preservar los recursos edáficos, de tal modo que puedan realizar las siguientes “funciones” ambientales, económicas, sociales y culturales. Ya hemos comentado hasta la saciedad que el termino “capacidad para realizar sus funciones” es inadmisible desde el punto de vista científico. Empero como está de moda y uno de los padres den engendro estaba metido en los órganos de decisión de los expertos que han elaborado tales documentos, pues (…) ya se sabe. Pero vayamos al grano. Las susodichas funciones son los siguientes:

 

(a) producción de biomasa, incluyendo agricultura y bosques

(b) almacenamiento, transformación y filtrado de los nutrientes, substancias y el agua

(c) Reservorio de biodiversidad, tales como hábitats, especies y genes

(d) Ambiente físico y cultural de la especie humana y sus actividades

(e) Fuente de materiales en bruto

(f) Reservorio de carbono

(g) Archivo (memoria) de nuestro patrimonio geológico y cultural

 

Como se puede observar, el énfasis ambiental es considerable. Me agrada personalmente que, por primera vez, se entienda que es una herencia tan importante como la de cualquier otro recurso natural, por lo que merece ser preservado por si mismo. Y me gusta porque fue una de mis actividades principales: convencer, especialmente a mis colegas, que la edafodiversidad de los suelos en estado natural, o bajo prácticas tradicionales altamente sustentables,  debe ser preservada. Desprendámonos de una vez del paradigma agronómico sin olvidar, por supuesto, que debemos explotar buena parte de los recursos edáficos principalmente como fuente de la alimentación humana. Se trata de abrir nuevas perspectivas y no de reemplazar unas por otras. 

 

Empero la Directiva declina la responsabilidad de proteger “per se” la biodiversidad edáfica, por cuanto concierne a otra Directiva e iniciativas distintas. Lo que está por ver es si los expertos de biodiversidad implicados en estas últimas se toman en serio de una vez el estudio de la biodiversidad del suelo, tan esencial para el funcionamiento de los ecosistemas como cualquier otra. Hasta la fecha no ha sido así.

 

La Directiva insta a que los gobiernos pasen a la acción, ante la incesante pérdida de recursos edáficos por el sellado asfaltico, así como las repercusiones que tal hecho conlleva sobre el ciclo hidrológico y la protección de la naturaleza. Empero tan cuestión se deja seguidamente al lado. En cualquier caso, esperemos que el entusiasmo por la política especulativa “golfística” de nuestros gobernantes comience a declinar ¿Se darán por aludidos? ¡Que ingenuo soy!, ¿verdad? Ni dándoles con un ladrillo de su edificio. Y esto a pesar que en España llamamos “cabeza de adoquín” a las personas testarudas y algo cenutrias.  La Directiva va más lejos, e insta a los gobiernos a tomar no solo medidas con vistas a frenar la expansión del sellado urbano y de infraestructuras, sino también a hacer uso de técnicas que  mitiguen el posible efecto negativo de estas, y a rehabilitar los suelos perturbados que quedan tras el abandono de edificios, instalaciones, etc.

 

Como ya hemos mentado, la Directiva acto seguido insta a los gobiernos con una agenda en mano (es decir dando unos tiempos concretos), a que evalúen las áreas afectadas o con riesgos de erosión, pérdida de materia orgánica, deslizamientos y salinización. Empero a renglón seguido, la Directiva hace especial hincapié y presenta normas muy explícitas para la evaluación de los sitios y contaminados (inventario, y monitorización cada cinco años), así como para tomar mediadas urgentes con vistas a su descontaminación. Se trata de la parte estrella de la susodicha Directiva, lo cual la convierte en un documento que se queda cojo con vistas a resolver otros muchos problemas que afectan a la degradación de los recurso edáficos, a pesar de su gravedad y el precio que nos cuesta anualmente a los europeos tal deterioro ambiental (38 billones de euros anualmente). Efectivamente, el documento mentado solo solicita de los gobiernos una evaluación de las áreas de cada país que sufren los riesgos mentados en las primeras líneas de este párrafo. Sin embargo, permite que cada país utilice la metodología que considere más oportuna, lo cual impedirá a posteriori una harmonización correcta y ágil de los resudados que muestren cada país. Como corolario se requerirán grupos ad hoc de trabajo que realicen tal tarea a posteriori.  Una vez más, a perder el tiempo años entorno a una mesa, y todo por no obligar a hacer uso de unas metodologías normalizadas. Lamentable.  

 

En el desarrollo de la Directiva se hizo un especial énfasis, en todo aquello relacionado con la monitorización de los suelos de Europa para todos los procesos y/o riesgos que sufren los recursos edáficos. Con tal motivo, un grupo específico de trabajo sobre que protocolos, estrategias de muestreo y variables había que medir elaboró un extenso documento. Pinchando aquí podéis bajaros este último en formato pdf. Envié personalmente varios documentos en vistas de las atrocidades científico-tecnificas contenidas en algunos de los borradores y escritos que antecedieron al documento definitivo. Finalmente al parecer no llegaron a ningún consenso político sobre como actuar en la materia. Dicho de otro modo, el motivo estrella con que se inició todo el proceso, es decir la monitorización, ha sido postergado para mejor (peor) ocasión, siendo reemplazado por el de la contaminación puntual (que no la difusa) de los suelos. Pobre bagaje. Debido a la paupérrima perspectiva del documento sobre monitorización, quizás sea mejor no dilapidar los fondos en programas con una precaria racionalidad científica, ya que tarde o temprano nos lo terminarían reprochando. Es cierto, que la contaminación sigue siendo el tema que más repercusiones tiene sobre la salud humana, empero  al soslayar la difusa, la Directiva queda coja incluso en tal materia.

 

¿Porqué ha ocurrido todo esto? Por la simple razón, de que puedo dar fe, que a los grupos de trabajo fueron mayoritariamente representantes “políticos”, que no científicos de cada país. Más aún, muchos de estos últimos eran de escasa talla científica. Cada uno intentó imponer el criterio que más “convenía” a su país, por lo que no se llegaron a acuerdos claros sobre los contenidos y las normas a seguir. De aquí que la abundante cantidad de papel que presentaron los distintos grupos de trabajó, estuviera repleta de ambigüedades y precisiones. Dicho de otro modo, no se delegó la tarea científico-técnica en los mejores expertos, sino en una plétora de funcionarios ministeriales que no sabían lo que tenían entre manos.   Fiasco total.

 

La Directiva deja claro que nuevos grupos de trabajo del Buró Europeo de Suelos (ESB) (ocasionalmente en colaboración con la Agencia Europea de Medio Ambiente) deberán elaborar normas comunes con vistas redactar “en un futuro más o menos próximo las normas a seguir para el inventario del recurso suelo y monitorización de su estado de degradación en toda Europa. Empero en el ESB también es un ente extremadamente politizado en el que no abundan los científicos de talla, sino los jefecillos de turno de los servicios nacionales de suelos (cuando se da el caso de que estos existan, que no es precisamente lo que ocurre en España). Sabiendo ya quien son los “chairman” de los dos grupos de trabajo constituidos hasta la fecha, no albergo la menor duda de que las propuestas tardarán años en hacerse firmes, así como que serán muy deficientes. Visto lo visto yo me he despedido del ESB. 15 años currando para nada son “demasiao pa mi cuerpoUna gran oportunidad perdida para el relanzamiento de la edafología en Europa. Y todo por privar los intereses nacionales e institucionales sobre los aspectos científico-técnicos.  Así va languideciendo la vieja Europa.  

 

Bueno basta por Hoy.

 

Juan José Ibáñez

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Un comentario

  1. Que hace la Unión Europea, para que no sucedan los problemas habidos ayer con los mariscadores en la ría del Ferrol…

    Y, para erradicar, de una vez por todas., los problemas habidos y por haber , con los problemas de tantos y tantos desempleados , que hay en esta Comarca…

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