Una de las «leyendas» más extendidas entre numerosas culturas resulta ser la de una especie de “Diluvio Universal”, como el que padeció Noé y colaboradores según los textos bíblicos. Tanto en Europa, Asia y América (por ejemplo en la cultura Mapuche), como mínimo, se repite un guión parecido. Los científicos suelen tachar tales narraciones de «cuentos o supersticiones»  propias de culturas acientíficas. Sin embargo, el problema estriba en explicar como pueblos tan distantes geográficamente y ajenos de sus respectivos devenires, llegan a elaborar y atesorar las mismas fantasías. ¿No tendrán algo de ciertas? Leyendo un clásico de la antropología, “La Rama Dorada”, me sorprendió, por ejemplo, la asociación de la caída de los dientes infantiles con los ratones (¿os acordáis del “Ratoncito Pérez”?) por etnias aborígenes repartidas por todo el mundo y pertenecientes a distintas razas. ¿Qué decir pues de los diluvios universales? Pues sencilla y llanamente que parecen ser ciertos, si bien se trataba de inundaciones, tsunamis, etc. Por tanto, es plausible que tales eventos se reprodujeran en diversas partes del mundo, y al parecer relacionados con trasformaciones de la edafosfera, hidrosfera, criosfera y modelado terrestre a finales de la última glaciación. Hoy hablaremos pues de las expansiones y dilataciones súbitas de los recursos edáficos derivados de eventos catastróficos.

 

 

 

Diluvio Universal: Fuente: El Blog de Tu  Hermano MMM

 

Ya hemos venido comentando en varios post previos que, a escala de miles de años, la geografía de suelos es tan mutante como la de la vegetación. A veces, tales trasformaciones de la edafosfera son derivadas por la acción directa de cambios climáticos. Otras devinieron de posibles relaciones indirectas, mientras que algunas se debieron a otros procesos bruscos biogeosféricos. Tampoco debemos olvidar que las sociedades modernas modifican la configuración geográfica de los paisajes de suelos en unos pocos decenios. Sobre este último tema ya profundizamos en el post: “Mares que se Transforman en Suelos y Desiertos”. Ciertos eventos generan expansiones de la superficie de suelos emergidas, mientras que algunas inducen contracciones. Al hablar de la catástrofe del Mar de Aral (último post enlazado) dimos evidencias inapelables de las primeras. En este post describiremos un caso de las últimas.

 

 

 

Fronteras geográficas antes de la catástrofe del Mar Negro.

Fuente Climática

 

En el post “Suelos, Subida del Nivel del Mar y Cambio Climático” vimos como la elevación del nivel del mar que generan los calentamientos climáticos reducen la edafosfera emergida de los continentes al ganar terreno a sus plataformas continentales. Durante las desglaciaciones tales ascensos superaron los 150 metros, por lo que puede hablarse de millones de kilómetros cuadrados de recursos edáficos que fueron paulatinamente sumergidos. Sin embargo, también es cierto que la pérdida de las láminas de hielo que cubrían las partes septentrionales de los continentes que bordean el Ártico (lo mismo puede decirse de las meridionales cerca del Antártico, si bien allí la superficie emergida es menor), así como la fusión de una gran parte de los glaciares de montaña, también generaron la emersión de superficies de tierra cuyos materiales fueron posteriormente son edafizados. Lo que ocurre es que ambos procesos se presentan en latitudes diferentes, por lo que la geografía y extensión superficial de los edafotaxa cambia sobremanera. Seguiremos abundando sobre estos temas cuando abordemos la “presunta” desecación del Mar Mediterráneo, o la abrupta ruptura de presas de hielo, al final del último periodo glaciar. Así por ejemplo, algunas de estas últimas desprendieron, en pocos días, y en lugares concretos, tanta o más agua que la que acarrean actualmente todos los cauces fluviales del mundo, conjuntamente, en un año. Las consecuencias eran devastadoras, transformando el relieve y erosión-deposición los suelos en extensiones geográficas relativamente grandes.  

 

Pero hoy nos centraremos en la súbita contracción de la edafosfera por eventos catastróficos que al parecer ocurrió en el Neolíticos temprano, por término general. Hablaremos del actual Mar Negro. Como podréis leer más abajo, a partir de unos fragmentos de texto de Wikipedia y una nota de prensa, el Mar Negro era un lago de agua dulce de dimensiones mucho menores que las actuales (y que es salado). La diferente composición salina se debía a que este cuerpo de agua se encontraba desconectado del mar Mediterráneo. Sin embargo, entre los 7.500 y 5.500 años antes del presente, un proceso catastrófico los puso en contacto. Las aguas del Mediterráneo cayeron en cascada sobre las del Mar Muerto, sepultando también extensas zonas edafosféricas colindantes. La edafosfera se retrajo.

 

 

 

Bloque diagrama de cómo se produjo el evento catastrófico. Fuente Lycos

 

En 1999, una novedad editorial me llamó a atención, por lo que me compré el libro. Se trata de una monografía escrita por los investigadores norteamericanos W. Ryan y W. Pitman, que fue publicada en español-castellano bajo el título de “El Diluvio Universal” (Editorial Debate). En suahili se denominada Noah’s flood. Os recomiendo su lectura debido tanto al fascinante tema que aborda, como a su narración, al estilo de las novelas de espionaje. Pronto comencé a emocionarme al observar que uno de los primeros protagonistas que aparecía en escena resultaba ser un edafólogo procedente de uno de los antiguos países socialistas centroeuropeos. El hombre deseaba mostrar a sus colegas norteamericanos unos datos paleomagnéticos, sin que se cercioraran sus gobernantes. ¡Secreto!

 

El gran éxito editorial que tuvo el libro fue el resultado de una espectacular hipótesis corroborada por varias evidencias empíricas: “El bíblico “Diluvio Universal” no resultaba ser un mito, sino que posiblemente daba cuenta de un episodio dramático, el ya mencionado del Mar Negro. Obviamente, la leyenda se había ido modificando a lo largo del tiempo, por lo que la gran inundación fue sustituida por un imposible diluvio. Lo curioso del tema deviene que en el Poema de Gilgamesh, de la mitología Mesopotámica, también aparece narrado, por un “hombre que procedía del norte”.

 

Cuando Ryan y Pitman escribieron el texto, se pensaba (y muchos investigadores aun lo hacen) que el nacimiento de la agricultura surgió en el creciente fértil. Sin embargo, las conclusiones a que llegaron estos autores sugieren que bien podría haber sido a las orillas del Mar Negro. En sus fondos, aparecen restos de poblaciones, campos agrícolas, barcos, etc. sobre-bajo geomorfologías del lecho que inducen a pensar, efectivamente, en un evento abrupto.  Comencemos explicando brevemente lo que la ciencia actual tiende a pensar que ocurrió:

 

 

 

Portada en suahili del libro de Ryan y Pitman

 

Hace diez mil años, cuando finalizaba el último período glacial (aunque sobre tal datación si hay discrepancias), el Mar Negro era un lago. Conforme las láminas de hielo y glaciares se derritieron, ascendió el nivel de los mares y océanos del planeta. En el caso concreto del Mar Negro, por esta causa u otras, se generó una gran inundación en un breve lapso de tiempo, anegando unos 70.000 kilómetros cuadrados de suelo fértil con agua salina y transformado un previo lago de agua dulce desconectado del Mediterráneo en un mar interior. Tal evento, sepultó parte de los recursos edafológicos locales, así como los rastros de la cultura neolítica que viviese por la zona, que ahora permanecen sumergidos bajo tal cuerpo de agua.

 

 

 

Hipotético escenario entre otros muchos de finales del 

Pleistoceno en la Cuenca Mediterránea: Fuente: La otra Tartessos.

 

Cuando escribo “por esta causa u otras” lo hago debido a que se han propuesto otros escenarios o mecanismos alternativos al aludido ascenso del nivel del mar. Así, por ejemplo, algunos hablan de un gran tsunami provocado por una intensa erupción del Monte Etna que termino por romper la frágil barrea entre el Mediterráneo y la antigua cuenca endorreica sobre la que actualmente se sitúa el Mar Negro. Desconozco la razón por la que los expertos descartan un sismo o terremoto de gran magnitud en la zona, por cuanto padece una elevada actividad sísmica. Fuera cual fuera la razón, habrá que investigar los fondos de este mar interior, ya que allí se encontrarán las evidencias de lo ocurrido, así como las pruebas del estado cultural de los habitantes de aquella zona. Posiblemente, también se pueda sacar provecho del estudio de los paleosuelos que quedaron enterrados. Las causas de la excelente preservación de aquellos vestigios geo-arqueológicos son descritas abajo. Como veréis también, los estudios de estos autores fueron confirmados, en líneas generales, por Robert Ballard y su equipo gracias a una investigación patrocinada por la National Geographic Society. Pasemos pues a describir lo que actualmente se sabe de este evento.  

 

Así, de acuerdo a Wikipedia, que incluye información sobre tal tipo catástrofes (asociadas con diluvios) en diferentes mitologías y tradiciones religiosas, como en el  Poema de Gilgamesh, en Mesopotamia o su equivalente de la cultura Mapuche, entre otras:

 

Aunque la mayor parte de las opiniones referentes al diluvio del génesis bíblico-mesopotámico, se inclinen a pensar que tiene un origen mítico, el estudio científico no está totalmente de acuerdo de que absolutamente todos los aspectos del mito no sean reales. En este sentido, los registros bíblicos son el único registro que especifica lugares y periodos bien definidos que se pueden utilizar para un análisis científico. Un ejemplo de ello es que según la historia descrita en la Biblia, la zona donde se ha posado el arca de Noé, habría sido el monte Ararat (mas detalladamente, en la Biblia está escrito en plural: «Reposó el arca en el mes séptimo, a los diecisiete días del mes, sobre los montes Ararat» , el cual queda en Turquía y presenta dos picos elevados. Sin embargo, hay que tener en consideración de que la geología y otras ciencias han descartado que haya ocurrido un diluvio o inundación mundial que haya abarcado todo el planeta. Aun si, el mito del diluvio del génesis bíblico-mesopotámico, sí permite postular científicamente que haya sucedido un posible diluvio o inundación, pero ocurrido solo en una zona geográfica específica del planeta. Debido a ello hay varias hipótesis que, en efecto indican que en un período temprano de la existencia del ser humano, cuando ya existía el lenguaje, sucedió posiblemente alguna clase de catástrofe natural que se puede asociar a una inundación o diluvio que, aunque no abarcó todo el planeta, sí pudo haber sido el origen del mito. De este modo en este tipo de hipótesis se podría incluir:

 

La propuesta por los geólogos William Ryan y Walter Pitman, de la Universidad de Columbia, sobre la inundación del mar Negro, que durante la última era glacial puede haber sido un lago de agua dulce cuyo nivel bajó considerablemente. Al terminar la era glacial, con el aumento del nivel de los océanos, la estrecha franja de tierra que lo separaba del mar Mediterráneo se habría erosionado causando una inundación catastrófica en toda la cuenca del mar Negro, que habría aumentado su nivel e inundado grandes extensiones de superficie en tal vez unas pocas semanas. Existen pruebas convincentes de que esta inundación del mar Negro sí ocurrió, pero el que sea el recuerdo de este hecho el que dio origen a las historias del Diluvio es mucho más incierto y controvertido.

 

Las hipótesis que asocian este mito a las crecidas de los ríos en los que se desarrollaron las primeras civilizaciones y el recuerdo que las crecidas de tipo catastrófico debieron dejar en las primeras comunidades urbanas del Tigris y el Éufrates. En este sentido existe una amplia tradición local, aunque al igual que la hipótesis del Mar Negro, asociar estas hipótesis con el diluvio del Génesis bíblico-mesopotámico, es un hecho también incierto.

 

Según otra corriente de opinión, el mito del diluvio universal pudo responder, en su origen, solo a la necesidad de (…) Esta hipótesis postularían que este origen del mito sería reforzada por la supuesta universalidad del mito del diluvio, común a muchas civilizaciones inconexas con la judeo-mesopotámica.

 

Se ha teorizado que el Diluvio pudo ser en realidad un tsunami mediterráneo producido por el estallido del volcán Etna en la ribera oriental de Sicilia. Una investigación publicada en 2006 sugiere que esto ocurrió alrededor del año 6000 A. de C., y causó un enorme tsunami que dejó su marca en varios lugares del Mar Mediterráneo oriental, por ejemplo en el asentamiento de Atlit Yam (Israel), hoy día bajo el nivel del mar, que fue abandonado repentinamente alrededor de esa época.

 

En el siglo XX fueron encontrados en la cumbre del monte Ararat restos de una embarcación, que según los estudios tienen por lo menos 4.000 años de antigüedad, lo que podría ser una confirmación de un diluvio o inundación a gran escala.

 

El libro Soñadores del Diluvio de Christopher Knight y Robert Lomas, mencionan que el diluvio universal sucedió conforme a las pruebas de documentos henoquianos a la hora de buscar pistas sobre los origenes de la ciencia occidental.

 

 

Del mismo modo, en esta página de Antón Uriarte, que cita el libro aludido de Ryan y Pitman (incluye el mapa que reproducimos en Este post) se puede leer lo siguiente, aunque las fechas a las que alude no parecen corresponder con las del otro trabajo que cita, y que mostraremos después de su comentario.

 

 

Terreno de suelo perdido tras la gran

inundación. Fuente: página de Antón Uriarte

 

Es posible que hace unos 5.000 años, debido a un proceso de desecación, el Mar Negro quedara aislado del Mediterráneo y se convirtiese en un lago (azul oscuro). Posteriormente, y de forma brusca, se abrió de nuevo la comunicación con el Mediterráneo a través del Bósforo y las aguas anegaron una gran extensión (azul claro) de las costas de aquel efímero lago, provocando una inundación catastrófica.

 

Quizás fue así … Durante los siglos anteriores al 5.500 antes del presente se produjo un período de enfriamiento y de aridificación del clima en el sur de Europa, de tal forma que el nivel de las aguas del Mar Negro bajó, y además perdió el contacto con el Mar Mediterráneo, convirtiéndose en un gran lago hundido de agua dulce. Después, una ligera subida del nivel del Mediterráneo hizo que de nuevo se abriese por el Bósforo una grieta de contacto entre los dos mares. Al estar la superficie del Mediterráneo muy por encima del nivel del Mar Negro, la erosión hizo que la grieta se convirtiese pronto en una enorme cascada de agua salada. Esto explicaría la aparición súbita de moluscos halófilos en los sedimentos del Mar Negro correspondientes a esa fecha. Un torrente de agua, semejante a 200 veces las cataratas del Niágara, se vertió durante 1000 días sobre aquel lago, haciendo que su nivel se elevase 150 metros. Durante el episodio el ritmo de subida fue de 15 centímetros por día e hizo que la línea de costa se retrasase diariamente en algunos lugares centenares de metros. Se ha especulado que el mito del diluvio universal radique en aquella catástrofe natural y que aquella gran inundación impulsase la expansión de la agricultura hacia Europa Central, motivada por la emigración de los pueblos que habitaban las riberas del lago. Recientemente, el oceanógrafo Robert Ballard, utilizando robots submarinos, ha encontrado indicios de anteriores habitaciones humanas en aquellas zonas recubiertas hoy por las aguas del Mar Negro.  

                                                                                                             

Sinceramente, desconozco si tal precisión se encuentra avalada por los datos o simplemente es una licencia narrativa de Antón. Podéis leer aquí algunas Leyendas relacionadas con el Diluvio Universal, al margen de la de la Biblia.

 

Posteriormente, al bien documentado trabajo de Ryan y Pitman, otros investigadores a los que alude Uriarte, analizaron también este probable evento catastrófico en el Mar Negro. Reproducimos aquí una Noticia de El Mundo publicada el año 2000:

 

Las huellas del Diluvio Universal

Hallan restos de una civilización que habitó en un lugar que hoy está a 100 metros de profundidad bajo el Mar Negro

 

FELIPE CUNA. Especial para EL MUNDO

 

NUEVA YORK.- El mismo explorador submarino que descubrió los restos del Titanic cree tener las pruebas de la existencia de una antigua civilización que fue arrasada por una inmensa inundación en las costas del Mar Negro, que coincide con la historia del Diluvio Universal de la Biblia.

 

Robert Ballard y su equipo de exploradores, submarinistas, arqueólogos e historiadores patrocinados por la National Geographic Society descubrieron el martes los restos de un asentamiento humano, a unos 100 metros de profundidad, que creen que son las huellas de una civilización que vivió en las costas de Turquía hace 7.500 años y que tuvo que huir precipitadamente por la llegada de una inmensa inundación.

 

En su huida, estas gentes dejaron restos de construcciones de sus casas, de las herramientas que utilizaban para cultivar sus campos y sus cosechas y los utensilios que empleaban para vivir. Hace 7.500 años, el Mar Negro no era más que un inmenso lago de agua dulce en cuyas orillas vivían agricultores y pescadores que se alimentaban de sus aguas y sus peces. Ballard cree que este mar esconde los secretos de la vida de estas personas y los restos ahora descubiertos son un anticipo de otros hallazgos que vendrán más adelante.

 

Sus más de 2.000 metros de profundidad en sus zonas más hondas pueden contener ciudades enteras, barcos que utilizaban sus habitantes para comerciar por las costas de lo que hoy es Europa y comunidades intactas mantenidas en perfecto estado gracias a que estas aguas bajas en oxígeno han podido mantener sus restos sin destruirlos.

 

El equipo de la National Geographic Society ha descubierto también restos de ramas de árboles y listones de madera casi intactos y que no han sido devorados por los animales y los moluscos que viven debajo del agua. «No podíamos creernos algo como esto», declaró ayer Ballard al diario The Washington Post. «Hay madera a menor profundidad de lo que pensábamos y creemos que cuando descendamos más, las cosas que descubriremos serán maravillosas».

 

Ballard ha utilizado un robot submarino para localizar lo que cree que era «un granero» de unos 10 metros de largo y cuatro de ancho. En la misma zona, situada cerca de la ciudad turca de Synope, los exploradores encontraron restos de varios hundimientos de buques, cerámicas y vasijas en las que se transportaban aceites y vino.

 

Los expertos en la Biblia creen que la historia del Diluvio Universal y Noé fue escrita hace unos 2.900 años y que sus antecedentes podían estar en un episodio real en el que una gran inundación produjo la desaparición de comunidades enteras y de la vida que se conocía hasta entonces.

 

Ballard está seguro de que estos descubrimientos son las pruebas de que el Diluvio existió. Para Hershel Shanks, el editor de la Revista de Arqueología Bíblica, estos hallazgos son una confirmación: «Muchos críticos de las historias incluidas en la Biblia aseguran que el Diluvio fue una leyenda. Y ahora tenemos pruebas de que pudo ser una experiencia real».

 

Información Adicional en la Web

 

Diluvio universal – Wikipedia, la enciclopedia libre

 

Diluvio – Wikipedia, la enciclopedia libre

 

El Diluvio Universal De la Biblia

 

Resultados de vídeo de «mar Negro» Diluvio universal

 

El Mar Negro y la leyenda del Diluvio

 

El Diluvio Universal podría ser una subida de 30 metros en el Mar …

 

El diluvio universal documental de Historia en documaniaTV.com

 

El Mar Negro

 

Nuevos datos sobre el Diluvio Universal :: Revista del Aficionado …

 

Intento extraer información de fuentes ajenas a la edafología con vistas a que entendáis que es posible obtener documentación que conciernen a los suelos de las mismas.  Como ya os comenté en otro post, un inventario de suelos debería contener los datos sobre la superficie edafosférica de un espacio geográfico concreto (asunto nada trivial, aunque pueda parecer lo contrario), volumen y propiedades, así como las capacidades de uso y susceptibilidades frente a las perturbaciones (ya sean naturales o antrópicas). Todo ello os lo explique en el post titulado: “De Los Mapas de Suelos a los Mapas de Recursos Edáficos“ Del mismo modo, no resulta posible, ni recomendable, soslayar tales cambios espaciales, ciñéndose exclusivamente a los que se desprenden de los perfiles. Los recursos edáficos se despliegan en el espacio y modifican a lo largo del tiempo.

Juan José Ibáñez

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8 comentarios

  1. Perdona Muslin,
    Este no es un blog de religiones. Mis comentarios son los que son. Las fuentes son las que son y debes mandar tu protesta allí, si no estás de acuerdo. Aquí no se admiten ataques a «ninguna» religión o sus textos sagrados. Si no estás de acuerdo lo lamento.
    Con todos mis respetos por el Corán y la biblia.
    Juan José Ibáñez.

  2. Con objeto de aclarar un poco lo que aquí se está diciendo, añadiré a continuación unas líneas entresacadas de mi libro, titulado «De Gibraltar a la Atlántida»:

    Y para terminar este capítulo, sin olvidar que William Ryan y Walter Pitman han hecho un magnífico trabajo, debo comentar que no han sabido interpretarlo, ya que en su libro titulado “El Diluvio Universal”, dicen que hace 7500 años se abrieron el Bósforo y los Dardanelos como consecuencia de un cataclismo y que en dicho momento el Mediterráneo inundó el mar Negro cambiando su salinidad.
    Pero su tesis no se sostiene, salvo en lo de la inundación del mar Negro y el cambio repentino de salinidad, porque en aquella época no tuvo lugar ningún cataclismo en los estrechos turcos, por los que discurría el gran río que en otro tiempo había logrado excavar a través de ellos sendos valles fluviales y comunicarse con el Mediterráneo. Además, suponiendo que dichos estrechos hubieran estado cerrados en aquel momento, el excedente de caudal de los ríos que afluyen al mar Negro habría hecho que su nivel estuviera muy por encima del actual y se hubiera precipitado el mar Negro sobre el Mediterráneo al romperse dichos estrechos y no al revés.
    Por otra parte, hace 7500 años el nivel del Océano Atlántico estaba tan solo a 17 metros por debajo del actual y el Mediterráneo hubiera tenido ese mismo nivel de no existir el istmo de Gibraltar, con lo cual, dado que los umbrales del Bósforo y los Dardanelos están a 60 metros de profundidad, el mar Negro habría estado también al mismo nivel y no habría podido ser un lago de agua dulce.
    Además, hay que tener en cuenta que si no hubiera existido un istmo en Gibraltar y los estrechos turcos hubieran estado abiertos, la inundación del mar Negro procedente del Mediterráneo se hubiera producido mucho antes, es decir hace unos 13400 años, cuando el ascenso general del nivel de las aguas a escala mundial rebasó los 60 metros de profundidad y la inundación no hubiera sido tan repentina, ya que se habría producido por el lento rebose de los umbrales de los Dardanelos y el Bósforo y la retardada sustitución de las aguas dulces por otras más salobres.

  3. Paulino,
    Nadie duda que la propuesta de inundación del Mar Negro sea una conjetura y como tal debe entenderse. Sin embargo tu propones otra conjetura diferente, ni más ni menos.
    Uno de los aspectos más interesantes de William Ryan y Walter Pitman son sus observaciones aun por comprobar que existían poblados y ciertos rasgos fisiográficos bajo las aguas del Mar Negro que avalarían su propuesta.
    Y es este el punto crucial, que no las desideratas teóricas de procesos muy complejos en los que suelen faltar variables clave.
    Por lo tanto para mí el valor fundamental de Ryan y Pitman que su hipótesis es corroborarle con evidencias empíricas claras. Son estas las que hay que indagar, se decir corroborar. Teorizar está bien pero solo si da lugar a hipótesis heurísticas corroborarles. Si tales modelados y asentamientos son estudiados nos sacaran de dudas acerca de la corroboración/refutación de esa conjetura. Lo demás tan solo da lugar a discusiones bizantinas. No he leído tu libro por lo que no voy a juzgar los argumentos que esgrimes.
    Cordiales saludos
    Juan José Ibáñez

  4. Juan José:
    No quiero polemizar sobre el tema, tan solo afirmar que lo que digo no es ninguna conjetura, sino una evidencia física comprobable:
    Con el Bósforo y los Dardadanelos cerrados, el nivel del mar Negro ascendería 40 ó 50 m por encima del nivel actual. Tan solo hay que hacer un balance hídrico de entradas y salidas en el mar Negro para comprobarlo.
    La inundación del mar Negro no es una conjetura, ocurrió y está totalmente demostrado, lo que pasa es que no fue como William Ryam y Walter Pitman dicen.
    Por otra parte, ninguna de las ciudades sumergidas encontradas en el mar Negro está por debajo de los 60 m, ya que dicho mar nunca estuvo por debajo de esa cota. Lo que pasa es que los restos encontrados por Robert Ballard en las proximidades de Sinop, a 90 m de profundidad, se han precipitado por el acantilado desde un nivel superior.
    Un saludo
    Paulino Zamarro

  5. Se que suena como evasiva, pero tampoco quiero polemizar ya que tengo otras cosas que hacer (ni mejores ni peores, pero tengo que currar para ganarme la vida). Se me ocurren mil argumentos sobre su «evidencia física comprobable» pero en fin…… Me aburro si no conozco al interlocutor. Lo fácil es borrar tu comentario y punto. Pero al menos, «por una ve»z el que discrepa ha sido respetuoso. Esto merece un premio por su novedad. Reitero que si contesto tu lo harás y comienza la «polémica». Si te tomas esto como una evasiva, peor para ti.
    Saludos
    Juanjo Ibáñez

  6. Perdona Paulino,
    Lo de la Atlántida supongo que para ti es también corroborable ¿no?
    Jj

  7. Claramente Dios es una realidad y todos los echos historicos narrados en la biblia , solo un corazon sincero podra enterder la verdad ,vivan su esperiencia y saquen sus propias concluciones, visiten esta pagina que Les dejo a continuacion idmji. Alli encontraran la verdad que tanto buscan

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