El día 10 de febrero de 2009,  Fco. J. Tapiador, desde la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha defiende las bondades del Cultivo de Biocombustibles en el agro español. Pero al hacerlo, soslaya la crisis alimentaria mundial que ha generado la agroenergética y que de paso también ha afectado tanto al medio ambiente (deforestación, pérdida de biodiversidad, contaminación). Tal uso del suelo ha puesto en riesgo la supervivencia de millones de habitantes de países menos favorecidos.  Y tal hecho no lo proclamo gratuitamente, sino que ha sido denunciado por la ONU, FAO, Fondo Monetario Internacional, diversos gobiernos afectados, etc., etc.. Más aun, es su nota de prensa titulada “Biocombustibles y Desarrollo Rural” espeta frases como estas:

 

 Los biocombustibles son un medio de generar recursos en áreas tradicionalmente privadas de oportunidades, como son las rurales. De entre las muchas opciones que existen para desarrollar una comarca, el diseño de una estrategia de gestión rural que se apoye en la biotecnología ha de ser considerada, si se observan las condiciones para ello

 

Resulta curioso ver cómo se derivan ciertos problemas al campo de los biocombustibles, a los que se acusa de todos los males de los países supuestamente pobres, cuando resulta que esta tecnología es uno de los pocos medios con que cuentan algunas economías para coger el tren del desarrollo.

 

La capacidad de los biocombustibles para generar riqueza es indudable. El debate sobre los alimentos o los biocombustibles es tan artificial como el del cambio climático, que es un hecho científico, o sobre la evolución de las especies, otro hecho científico.

 

La diferencia es que en estos dos últimos debates las pruebas científicas son tan abrumadoras y tan visibles que hay que ser muy militante para negarse a verlo, mientras que en el debate de los biocombustibles aún no se ha llegado a recorrer el largo camino que existe entre la investigación y el conocimiento público de los hechos.

 

La preocupación por las interacciones entre el hombre y el medio ha permitido el desarrollo de una nueva generación de trabajos verdes que se localizan en lugares antes improbables.

 

El desarrollo de los biocombustibles ha generado nuevos trabajos cualificados en el medio rural. Las oportunidades en este campo han ido desde la gestión de la producción en las plantas de tratamiento, a la investigación para el desarrollo de biocombustibles de segunda y tercera generación.

 

Una de dos, o Francisco no ha leído la prensa, o tan solo calcula las consecuencias a escala local, es decir el de algunas CC.AA. Como ya comenté en otro post, estoy seguro que bajo la fuerte apuesta que España hizo en su día por la agroenergética, subyacía la intención de importar para el campo subvenciones comunitarias (seguro que en otros países de la UE también se actuó con el mismo objetivo). Desde esta bitácora denunciamos con mucha antelación que tal estrategia a nivel global acarrearía serios problemas para el agro de muchos países en vías de desarrollo, así como el encarecimiento de los precios de alimentos básicos para una población que difícilmente podía sobrevivir con anterioridad a tal alza. Tales vaticinios, por desgracia, han terminado siendo una cruda y dura realidad. Sin embargo Tapiadar soslaya todos estos “hechos” y vuelve a espetar que los que los tenemos en cuenta somos algo así como los negacionistas del cambio climático. Argumenta que existen “hechos científicos comprobados”. ¿Qué podría responder? Primero que si una buena parte de los organismos internacionales y numerosos científicos de todo el mundo somos unos fanáticos, que venga dios y lo vea. Sr. Tapiador, se han publicado numerosos trabajos por investigadores de todo el mundo poniendo en duda la bondad de los biocombustibles agroenergéticos. En otros, se cuestiona con datos su viabilidad para paliar los efectos del cambio climático. ¿No los ha leído? Pues resulta que los boletines de prensa científica de este y otros Estados están repletos de resúmenes de tales artículos editados en revistas del mayor prestigio internacional, muy a menudo.

 

Si la UE mantiene su postura sobre los biocombustibles (digamos de paso que resulta ser cada vez más tibia), ciertas CC.AA. se encuentran con todo el derecho de sacar tajada. Ahora bien, se trata de una estrategia regional que podrá beneficiar comarcas o regiones de ciertos Estados desarrollados. Sin embargo, en lo que concierne a la agricultura de muchos países en vías de desarrollo, basta remitirse a las pruebas. No hablamos de escenarios hipotéticos, sino de una cruda realidad. Esta bitácora recibe miles de visitas diarias de ciudadanos latinoamericanos. Pregúnteles a ellos las bondades del cultivo de biocombustibles (que por supuesto, también han afectado dramáticamente a los de otros continentes). Si usted dice que existen pruebas científicas irrefutables le debo replicar que miente. Si usted alega que tal práctica favorece a los campesinos en general, me encontraré obligado, una vez más a replicarle que es falso. Pero si usted indica que puede beneficiar a ciertas CC.AA. lo acepto. Ahora bien, confundir lo global con lo local y juntarlo en un mismo saco no pasa de ser una tropelía. Por favor quítese la boina y lea lo que ha ocurrido en el planeta antes de espetar argumentos como los que vierte.

 

En el boletín de noticias de la CAM en donde se publicó tal noticia  se recuperan algunos textos antiguos ya publicados en mi+d, así como en algunos de sus blogs (como lo es esta bitácora). Sin embargo, adelanto que el reconocimiento de la catástrofe que ha generado tal iniciativa en el tercer mundo ha sido reprobada hasta por el FMI y el Banco Mundial que no pasan por ser “hermanitas de la caridad”. Nadie ha defendido que el hambre en el mundo sea un producto del cultivo de biocombustibles, sino que lo ha agravado. No confundamos al ciudadano. Mal asunto si seguimos lanzando proclamas sin tener en cuenta los problemas de escala.  He visto que usted es físico, trabajó sobre el “Principio MaxEnt”, pero también que colaboró en Departamentos de geografía humana y sociología. Pues bien, comprendo que defienda los interesas de los agricultores de la región en donde ahora reside. No obstante, otra cosa bien distinta es que desde una perspectiva geográfica tan constreñida intente aleccionar a otros colegas que han realizado sus estudios a nivel global o en territorios menos favorecidos.     

 

Mi+d Monográfico del 10 de Marzo de 2009 sobre  Biocombustibles ¿un motor del desarrollo?

 

En profundidad

Biocombustibles y desarrollo rural
Francisco J. Tapiador. Universidad de Castilla-La Mancha

 

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Análisis mi+d

La trama de los agrocarburantes en el Estado español

Agrocombustibles ¿la solución o causa del cambio climático?

 

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El reto del desarrollo sostenible

Marta G. Rivera: producimos alimento para los coches y no para las personas

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