Regionalización Ambiental: En Donde la Política Colisiona con la Naturaleza (la Ciencia que las Revistas Especializadas No Desean)

En un post anterior hablamos sobre las regiones biogeográficas de Europa y ya anunciamos que debido a la ubiquidad de la Curva de Willis, los deseos de los gestores de la política ambiental chocan una y otra vez con las pautas y patrones de la naturaleza. ¿Qué hacer? Ya hablaremos del tema más adelante en este post, por cuanto lo considero de vital importancia. En mis colaboraciones con la Agencia Europea del Medio Ambiente, el Buró Europeo de Suelos y la FAO, así como en mis propias investigaciones sobre las relaciones biodiversidad-edafodiversidad, he constatado como, una y otra vez, la Curva de Willis resulta ser un obstáculo con vistas a obtener regionalizaciones ambientales de cualquier tipo. Resulta lógico que los planificadores de las políticas ambientales deseen unidades territoriales de tamaños parecidos con vistas a implementar sus políticas. Sin embargo, la naturaleza nos muestra hasta la saciedad que unas pocas son de gran tamaño y su número crece potencialmente conforme su dimensión disminuye. ¿Qué significa esta desiderata? Simplemente que cuando se accede a las demandas de los políticos, se generan productos cargados de incertidumbre. No se puede ir contra natura. Jamás he visto publicado este dilema en ninguna revista. Las publicaciones de prestigio demandan “papers” con gran abundancia de evidencias empíricas y poca especulación teórica. Sin embargo, personalmente considero que mostrar a los colegas lo que hoy voy a decir es mucho más importante que la mayor parte de los trabajos al uso. Ni tan siquiera he intentado publicar algo como lo que os voy a mostrar. Veamos una Curva de Willis y pasemos a explicar el problema.      

 

 

 

Curva de Willis. Fuente: este impresentable administrador

 

Elaborar regionalizaciones ambientales por las que se obtienen unidades ambientales homogéneas de dimensiones similares permite implementar políticas ambientales con una menor dificultad que cuando los datos se ajustan a las Curvas de Willis. Sin embargo, la naturaleza no trabaja así. Todas las regionalizaciones que he llevado a cabo han terminado por toparse con esta estructura muy asimétrica. Lo mismo ocurre con las taxonomías. Serían sistemas de información mucho más eficientes si las bifurcaciones o ramificaciones de cada taxa en subtaxa fueran más o menos iguales en todos los casos. Pero como ya demostramos en otro post, de nuevo aparecen las susodichas curvas para demostrarnos que andamos descarriados.

 

El hecho de que la naturaleza tienda a fragmentarse en unos pocos “trozos” muy grandes y muchos de tamaño pequeño, significa para los planificadores y gestores ambientales que deben tratar con muchas más unidades territoriales que las que desean, y lo que es peor aun,  que las de tamaños minúsculos requieren tanto esfuerzo y esmero como las mayores, por cuanto a menudo corresponden a territorios que, por su singularidad, requieren ser preservados o gestionados con sumo cuidado. En estos casos suele solicitarse a los expertos que las agrupen en otras de mayor tamaño, de tal manera que disminuya su número y aumente su extensión. Empero tal tarea suele acarrear mezclar “cosas” de propiedades muy diferentes, por lo que las nuevas unidades son de hecho heterogeneidades ambientales muy artificiales para las cuales resulta harto difícil, cuando no imposible implementar políticas ambientales coherentes y eficaces.

 

Cuando tengan en la mano tal tipo de productos no duden que conllevan una gran incertidumbre subyacente. He realizado ensayos estadísticos de todo tipo y siempre he topado con el nudo gordiano de las Curvas de Willis. Los legisladores y gestores deberían reconocerse que hay que plegarse a las estructuras de la naturaleza y no intentar distorsionar sus patrones. Pero no suele ser el caso. Por estas razones suelen obtenerse productos muy deficientes que, de seguirlos, darán al traste con la consecución de políticas de ordenación territorial exitosas.

 

 

 

Una Curva de Willis suavizada por los intereses de la gestión

Territorial. Fuente: El administrador de esta bitácora

 

Digamos para finalizar que tales curvas suelen ser el resultado de la dinámica no lineal de los sistemas analizados. Es decir son estructuras que se someten a las leyes de las ciencias de la complejidad y no a las de los intereses humanos.

 

Pero hay algo aun más nefasto. Con harta frecuencia, se demandan unidades ambientales que conjuguen la presencia de diversos recursos naturales. La mayor parte de ellas (si no todos) dan lugar a les mencionadas curvas. Sin embargo, estas no coinciden territorialmente para cada recurso. ¿Resultado?: Un caos espeluznante que empeora más aún la calidad de estos mapas o bases de datos espaciales.  Lo intrigante de este tema es que las estructuras fractales, síntomas inequívocos de la presencia de sistemas complejos, están subyacentemente presentes. Utilizando adecuadamente este tipo de matemáticas, podríamos investigar aproximaciones más fiables al tema de la regionalización. Sin embargo hasta la fecha (que yo sepa) nadie ha realizado incursiones intelectuales de tal guisa.

 

Cerrar los ojos ante este tipo de problemas implica no reconocerlos, y por tanto no solucionarlos. Las especulaciones teóricas de este tipo no parecen gustar, ni a los gestores ni a los editores de las revistas. A menudo las soluciones son más fáciles de lo que parecen. Sin embargo, debemos tener la mente abierta, cosa cada vez más infrecuente, por desgracia. ¿Quién le pone el cascabel al gato?

 

Juan José Ibáñez    

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4 comentarios

  1. Apreciado Juan José:

    Te agradezco por tu visita. Tu blog es muy interesante y no es una casualidad que me haya gustado. Cuando se tratan temas diferentes más personas pueden participar en las discusiones. Es como los periódicos, que tienen varias secciones, cultura, política, deportes, etc… Creo que esta estructura de la información se puede aplicar a los blogs que son cada vez más poderosos porque cada día aumentan. En Italia empiezan a incomodar a la política y a los medios de comunicación de masas. Las estatísticas de mi blog dicen que las visitas desde España y América Latina aumentan y gracias a Babel Fish, también las de los Estados Unidos. Espero que tengamos otras ocasiones para intercambiar visitas.

  2. juanjose

    con respecto a las regionalizaciones yo me he inclinado por empezar el estudio del paisaje como unidad ambiental y me he orientado a verlo desde el punto de vista geografico aunque sin descuidar la importante contribucion de la biologia al estudio del funcionamiento de los sistemas. Has revisado algo sobre las regionalizaciones fisico-geograficas o paisajisticas que han realizado investigadores de rusia, polonia, cuba, entre otros y su relacion con la diversidad de geocomponentes (suelos, relieves, flora y fauna)

  3. Fernando,

    Efectivamente existe una larga tradición relacionada con la ecología del paisaje que, en los antiguos países del telón de acero estaba más relacionada con la geografía física que con la ecología. Algo así como la escuela de Tricart en Estrasburgo (en Francia). De hecho, creo que la ecología actual del paisaje anglosajona (Forman, Godron, etc.) (se comente o no) recopila parte de esa herencia (por ejemplo la de la escuela de Troll en Alemania).

    En cambio, respecto a su relación con la diversidad de geocomponentes no hicieron nada al menos desde un punto de vista cuantitativo utilizando entroías, índice de diversidad. etc. El mayor problema es acceder a esta bibliografía ya que a pesar de que algunos textos están en castellano, cuando te retrotraes a la bibliografía que citan te encuentras que la mayor parte de los manuscritos están en Alemán, Ruso, lenguas eslavas, etc.

    UN saludo

    Juanjo Ibáñez

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