La edafología se desarrolló bajo el paradigma agronómico. Sin embargo, actualmente la información de suelos es demandada esencialmente para propósitos ambiéntales. Así pues, cabe preguntarse: ¿Basta con aplicar los conocimientos previamente adquiridos? ¿Necesitamos un cambio de paradigma, o como mínimo una pequeña revolución en el mundo de la edafología? En mi modesta opinión, la edafología debe dar un salto cualitativo de envergadura con vistas a satisfacer las demandas actuales en materia de suelos. En el mencionado enlace, se muestra detalladamente la opinión de éste autor. En base a tales argumentaciones, basaré el contenido de este post, preludio de la serie de post que editaremos sobre la zona crítica terrestre del que ya hablamos en este y este post.

 

 

 

Geoderma = suelo + Regolito

 

Comencé a reflexionar sobre este tema para una conferencia que impartí durante 1993 y cuyo contenido fue publicado en durante el año 1995 para una monografía que yo mismo edité. Continué estudiando el tema durante años en vistas de la aguda crisis de credibilidad que padecía la edafología. Una versión mucho más elaborada la impartí en una conferencia en ingles durante la celebración del Simposio Soil Classification 2001 (Velence Hungría), que posteriormente fue publicada por el Buró Europeo de Suelos en 2002 y que puede bajarse libremente de Internet pinchando en el siguiente enlaceun cambio de paradigma“. En ella, se explica como, desde el principio,  el propio paradigma agronómico resulto ser un impedimento con vistas a afrontar las demandas de información que hoy se nos solicita y que expondré a continuación. Dos años después, el ruso Victor Targulian (Premio Dokuchaev 2006; la más alta distinción que otorga la UISS cada cuatro años), en mi presencia, propuso más o menos el mismo “Cambio de Paradigma”, (no se trataba de un plagio, ya que no había leído el capítulo de 2002) mientras que durante el mencionado simposio nosotros refinábamos más aun los argumentos ya esbozados con anterioridad. Victor y yo terminamos siendo buenos amigos. Mientras tanto, algunos investigadores australianos y estadounidenses se adentraban por al mismo camino, aunque con proposiciones más tibias. ¿A que me refiero? Comenzaré desde mi punto de vista.

 

 

Límites de la zona vadosa

(suelos y aguas subterráneas)

 

Personalmente, consideré el sistema suelo-regolito-geomorfología como la unidad a estudiar por los edafólogos en el futuro. A tal entidad la denominé “Geoderma”. Es obvio que tal cambio generará problemas logísticos, metodológicos e instrumentales, por cuanto no es lo mismo cavar uno o dos metros que sobrepasar los 10, 20 o más, si así se requiere. Muchos mapas de suelos han sido desarrollados con propósitos agronómicos y cumplen más o menos bien con sus propósitos. En consecuencia, cabría dividir la mentada Geoderma en dos segmentos: “epigeoderma” y “endogeoderma. La primera concierne al estudio de la porción superficial, es decir, de lo que hoy denominamos suelo. La segunda abordaría la descripción, inventario y análisis de los procesos que acaecen en el regolito hasta la zona saturada. Tal tramo se denomina “zona vadosa”. De este modo, se podría estudiar y analizar la Geoderma desde la superpie del suelo hasta los acuíferos, siendo estos últimos competencia de los hidrogeólogos. Como mentamos en numerosos post precedentes, tal punto de vista se sustenta en el reconocimiento de la intensa actividad biológica que se genera en el regolito, así como que hoy sabemos que tanto la biota edáfica como las raíces de numerosas especies vegetales transgreden las fronteras de lo que hoy venimos clasificando como suelos. Sin embargo, el sistema suelo-regolito sí se ajusta a la definición del primero que se ofrece en muchos textos de edafología. Lo que ocurre es que las investigaciones sobre el regolito han avanzado a mayor velocidad que la definición clásica del sistema edáfico. Sin embargo, tal perspectiva también se ve apoyada por la necesidad de no dejar lagunas físicas entre lo que hoy denominamos recursos edáficos y el dominio de las aguas subterráneas.

 

 

 

La descontaminación de suelos hasta 2 m de profundidad

No elimina el riesgo para la salud cuando la zona vadosa

 y/o las aguas subterráneas se encuentran afectadas

 

Descontaminar un suelo hasta un metro de profundidad, no implica que gran parte de la zona vadosa pudiera estar afectada, por lo que no solucionamos más que una parte del problema, y lo que es peor, sin poder garantizar que tal contaminación surja hacia los manantiales y pozos de riego. En el segundo caso, se genera un círculo vicioso, mientras que en el primero, se expulsa la contaminación cuenca de drenaje abajo “ayudando” también a polucionar los océanos. Pobre bagaje. Hoy por hoy, la zona Vadosa, es competencia de hidrogeólogos y otros expertos. Sin embargo, ellos no disponen de las herramientas conceptuales y metodológicas con vistas a estudiar en detalle los procesos biogeoquímicos que acaecen en su seno. Tal materia es competencia de los edafólogos u otros expertos en ciencias del suelo. Estas perspectivas han empezado a ser abordadas en ciertos estudios, comenzando a aparecer en la bibliografía de la literatura científica con relativa frecuencia, si bien no tan articulada como en nuestro concepto de Geoderma. En cualquier caso, algunos colegas ya están elaborando las metodologías que den cuenta del comportamiento del regolito. De hecho, existen varias proposiciones para elaborar una descripción de los perfiles de toda la zona vadosa compatibles con las de los suelos, por lo que conceptualmente (aunque de forma implícita) no se está lejos de alcanzar una clasificación que no obligua a modificar las previamente elaboradas para los uno o dos primeros metros (dependiendo de que haga uso de la WRB o de la USDA Soil Taxonomy). En mi opinión, la mejor de ellas, es la propuesta por  S. W. Buol. (1994) en un libro que justamente lleva el título de “Whole Regolith Pedology

 

Reiteramos que, recientes investigaciones han demostrado que las fronteras convencionales a las que se han circunscrito los estudios y la clasificación de los suelos (hasta 1 o 2 m de profundidad), no son respetadas ni por los microorganismos, las raíces de las plantas, o la propia materia orgánica, estando sujeto regolito a una intensa actividad biogeoquímica a lo largo de decenas de metros de profundidad. Como corolario, la relación de la biología de la zona vadosa con la contaminación de aguas también ha comenzado a despertar la atención de los especialistas.

 

 

 Las comunidades microbianas condicionan posciclos

biogeoquímicos hasta algunos Km. De profundidad

 

Así pues, el problema puede resumirse más o menos así. Los inventarios, cartografías y monitorizaciones de suelos, como mucho, dan cuenta de los mentados dos metros superficiales de los suelos. Empero: ¿Qué ocurre hasta la zona saturada? A ciencia cierta (y nunca mejor dicho), lo desconocemos en gran medida. “Terra incógnita”. Porción de la edafosfera (o del sistema-suelo regolito) que debe ser imperiosamente estudiada desde ciertos puntos de vista, ya que sí lo ha sido bajo algunas óticas por lo geólogos cuaternaristas interesados por los denominados mantos de alteración o formaciones superficiales cuaternarias (una rama muy interesante pero marginal a la propia geología). Si se permite que especialistas de otras disciplinas lo analicen mediante sus constructos teóricos y procedimientos experimentales, estaremos generando un reduccionismo poco práctico y nada acorde con los conocimientos científicos actuales. La trasdisciplinariedad es la única solución viable. 

 

Y es aquí en donde ha aparecido de improviso el Tio Sam, proponiendo un órdago que se les va a indigestar a los acomodados reduccionistas. Comenzaremos a hablar por tanto de la Zona Crítica Terrestre.

 

Juan José Ibáñez

Compartir:

7 comentarios

  1. deseo saber todo sbre la utilizacion del biomanto, sus tecnicas, recomendaciones,donde se consigue, como se usa, para que sirve.

    Gracias

  2. Soy bióloga trabajo en restauración ecológica en Colombia, me parece muy interesante su artículo. Es un cuestionamiento importante para los procesos de recuperación de suelos degradados. Precisamente ahora me encuento estructurando un experimento en una zona desprovista de suelo (roca desnuda) utilizando biomantos para empezar a generar "algo" suelo. Si usted conoce algunos articulos sobre la utilización de estos biomantos le agradecería me dijera.

    Estoy totalmente de acuerdo con que necesitamos trabajar transdisciplinariamente para avanzar en el conocimiento. Gracias.

  3. SOY JEFE DEL DEPARTAMENTO AMBIENTAL DE LA EMPRESA UNIMINAS LTDA EN EL DEPARTAMENTO DE CUNDINAMARCA, ESTOY INERESADO PARA EL USO DEL BIOMANTO PARA LA EMPRADIZACION DE LOS TALUDES DONDE EL SUELO ES ROCOSO, DE PENDIENTES FUERTES, LE AGRADECERIA INFORMACION SOBRE SU TECNICA Y RECOMENDACIONES DEL BIOMANTO

  4. Saudos cordial soy de la costa coombiana y mi famiia fue afectada por a oa invernal quisiera saber que tal es el biomanto para el mantenimeimto de jarillones de las rondas de las cuencas ademas como es su tecnica de reporduccion y cuanto costaria.

    atte johan

Deja un comentario