La Política Científica Española No Propicia la Emergencia de Premios Nóbel en Nuestro País

No se trata de una afirmación personal, aunque me adhiero a casi todas las tesis de su autor. En cualquier caso era de esperar, por mucho que les resulte extraño a un buen número de científicos de excelencia (que no excelentes científicos, con frecuencia) de este país. Y es que la mayor parte de ellos infligen las recomendaciones del Premio Nóbel que las sugirió. Como vamos a mostrar seguidamente, la política de “publica o perece”, el atiborrarse de cargos de gestión y el estar todo el día revoloteando entre conferencias magistrales y entrevistas con los medio de comunicación no son la mejor forma de contribuir a la “ciencia con mayúsculas” ¡Si Cajal levantara la cabeza…!. El 24 de julio de 2007, el Boletín de Noticias de Mi+d, reproducía una noticia del rotativo español Expansión cuyo titulo rezaba así: Porqué Bernart Soria nunca ganará un Nóbel. ¡A ver si se entera alguno de nuestros políticos!

 

 

 

Peter Doherty y Peter Doherty

¿Quién de ellos es el Premio Nóbel?

 

Les recomiendo que lean la lectura de la mencionada nota de prensa, si bien haremos un extracto de los más jugosos comentarios vertidos por el famoso Peter Doherty, pero no este cantante de rock “drogata” de “Babyshambles”, sino de este otro Peter Doherty, que a pesar de sus laureles (Premio Nóbel 2006 de psicología y Medicina) aparece mucho menos en la Web. En su autobiografía publicada en 2006, de acuerdo a la mentada noticia, Doherty ofrece 18 recomendaciones para poder intentar ganar un Nóbel, casi ninguna de las cuales es seguida por nuestros paladines de la ciencia.  Veamos pues sus sabios consejos.

 

¿Quiere ganar un Nobel, convertirse en famoso, poderoso y quizás, incluso, en millonario? Si ésa es su ambición, puedo ayudarle», afirma Doherty en un libro en el que ofrece hasta 18 sugerencias básicas para conseguir el Nobel científico, aunque la mayoría se puedan extrapolar al resto de categorías

 

Una de las advertencias de este experto en la obtención del premio más ansiado del mundo es que «la mayoría de los científicos son enemigos número uno de los políticos, ya que cualquier tipo de affair entre ellos es una situación peligrosa, abocada al conflicto”.

 

Pues efectivamente, la mayoría de nuestros sacerdotes de la ciencia no la cumplen. Su sueño dorado es hablar en la intimidad por el político de turno, con vistas a convencerle de que le otorgue generosas financiaciones para continuar con su excelente labor. Pero sigamos:

 

Pero Doherty también hace especial hincapié en rechazar cualquier trabajo administrativo de prestigio, debido a que “consume mucho tiempo» y porque, según su experiencia, «las personas que tienen capacidad para triunfar en la investigación, suelen carecer de las habilidades y el compromiso necesarios para ser un gran administrado”

 

Esto mismo llevo diciendo yo desde hace años y no voy “pa” Nóbel. Pero en España “erre que erre”, inmediatamente se propone a nuestros mejores cerebros para que dirijan centros, fundaciones, etc. Ósea que vamos mal. Lo peor es que a una buena parte de los científicos españoles les justa más mandar que a un niño una “piruleta”. Y es que Peter tiene más razón que un santo: a los grandes talentos hay que dejarles tranquilos y no meterles en “berenjenales” que les distraigan, para los que no suelen estar bien preparados o ser los más aptos. ¿Pero porqué un gran científico necesariamente debe ser un buen gestor? Nunca he entendido tan brillante lógica. ¿Me lo podría explicar alguien? A mi me han propuesto varios cargos (europeos más que en España). Siempre los he rechazado por dos razones (i) prefiero investigar aunque no voy “pa“ Nóbel y (ii) mi temperamento sería un gran obstáculo con vistas a que pudiera realizar una buena gestión. Indaguemos otra de las sugerencias de Peter, a ver si hay másr fortuna. 

 

“En clave más positiva, el guru de los premios Nobel aconseja al posible candidato que adquiera «el hábito de pensar de manera poco convencional, además de centrarse en la evidencia y no en la autoridad”

 

¡¡¡Bueno, bueno, bueno!!!, o mejor dicho ¡¡¡malo, malo, malo!!!. Desastre total. Pensar no convencionalmente, suele significar problemas para publicar ISI Papers, por cuanto conlleva una “agresión contra el establishment” que invade todas las editoriales científicas. Más aun, nuestros potenciales talentos, no lograrían publicar los suficientes artículos de marras como para entrar en las plantillas de las Universidades y OPIS, en donde todo se mide al kilo. Pero no se preocupen, antes les habrían echado sus mentores por falta de productividad. Mejor que emigren. Mejor, mejor….. mucho mejor!.  Pero sigamos.

 

«Tratar de resolver grandes problemas y hacer grandes descubrimientos».

 

¿Pero y si el tema no esta en el candelero? Mal asunto, ya que en este Santo País reclamamos a los empresarios que sean intrépidos y asuman riesgos, empero carecemos de “Fundaciones Privadas” que financien investigaciones arriesgadas. Más aún, suelen valorarse proyectos y contratos atendiendo a las “publicaciones potenciales” de los candidatos. UFFFF, que feo se pone el asunto. Ya me imagino a nuestros sacerdotes de la ciencia evaluando proyectos, o la financiación de contratos a jóvenes investigadores con ideas aventuradas y audaces. ¿Sabrían lo que dirían?: ¡Otro memo que se cree que va a ganar el Nóbel! (y propuesta a la papelera) 

 

“Desde su punto de vista, «este tipo de gente es poco común, y podrían ser formas de vida extraterrestre o el siguiente eslabón de la evolución humana»

 

Ya me extrañaba a mí que no patinara mostrando una gran autoestima. ¡Pero Peter!, ¡no te pases!, ni se te han visto las antenas de marciano, ni sabemos tu genoma. Quizás debiera publicarse este último, ya que pudiera ser que esté entre nosotros el Homo extragalacticus de anónimo entre la multitud de descerebrados que formamos la raza humana. Mira que lo vas a estropear……..

 

Quedarse en casa y permanecer en el anonimato tampoco es recomendable. «Trabajar con especialistas en el campo apropiado es esencial para construir una buena reputación». Pero habrá que ser cauteloso con las amistades y la institución elegida para desarrollar el trabajo

 

Peter debería aclararnos que se entiende por buena reputación, ya que por estas latitudes (él como es australiano vive en las “antípodas” o en la inopia) suele asociarse a científico muy productivo, es decir con cientos de papers. Sin embargo, por lo que sugirió líneas atrás, quiere que se trabaje sobre temas novedosos, y como hemos comentado (…). Eso si, efectivamente hay “amistades peligrosas”. Que me lo comenten a mí, y eso que no voy “pa” Nóbel. ¿Quién enviaría de este país un becario a una Universidad en donde un “marciano” trabajara sobre temas incomprensibles? ¿Y que hacemos con el chaval cuando regrese? Mejor que se quede allí. ¡Si! Mucho mejor.  

 

Por un lado, ayudará mucho haber nacido en una familia intelectual y, quizá, crecer en Estados Unidos, Europa, Japón, Canadá o Australia. También, codearse con profesores y alumnos de una gran universidad y tener de mentor a algún ganador del Nobel, ya que éste puede nominar a su pupilo en un futuro. Sin embargo, habrá que tener especial cuidado en guardar celosamente el descubrimiento, incluso esperar a que se publique para no dar pistas a los competidores.

 

¿Quieres decir que se debe ser prudente y no chupar cámara? Pero Peter, de esos hay muy pocos por aquí. Si lo que quieren nuestras autoridades es que los periódicos vociferen todos los días: “científicos españoles descubren (…)” Definitivamente eres un marciano. Y en lo referente al país de nacimiento, mejor no hablar. Señores si quieren tener un hijo que sea Premio Nóbel, por favor emigren. No se lo piensen. Sigamos pues, veamos si hay más suerte y podemos encontrar una rendija para “colar a un premio Nóbel”

 

Rebeldes, autodidactas, irreverentes con la autoridad, nada amigos de la escuela, pero, sin duda, brillantes. Muchos premios Nobel son la viva imagen del Indomable Will Hunting, el personaje que interpretó Matt Damon en la oscarizada película del mismo nombre. En sus memorias y escritos se comprueba que, como el personaje de ficción, no necesitaron los planes educativos oficiales para destacar. Es más, algunos de ellos los rechazaron de plano al considerar que limitaban su capacidad para pensar por sí mismos.

 

¡¡¡¡Jajajaja!!!!. Escucha Peter, aquí sí me encuentro reflejado, y es en donde me encasillan muchos colegas y amigos. Empero lo del talento “pa” ser un Nóbel (…), eso ya es harina de otro costal. Eso sí, me han echado a los leones varias veces, y no solo en España. El editor de una revista internacional también comentó de una propuesta de ISI paper mío que “era el mejor trabajo de ciencia ficción que había leído jamás”. Se trataba de introducir las ciencias de la complejidad en edafología a finales de los 70. Vamos que estos duran en una Universidead un OPI español, un “periquete”. ¿Cómo van a osar ni tan siquiera discrepar de una de nuestras vacas sagradas? Pero que desfachatez de niñato. Definitivamente, sí vienes de otro planeta o (…) de las antípodas. Del mismo modo, yo tuve uno de esos “Will Hunting, y efectivamente fue la persona con más talento que pasó por mi laboratorio. Yo le llamo afectuosamente “caballo loco”. Se trata de Saturnino de Alba, ahora en la UCM, ya que la exdirectora de mi centro le exigió (cuando le quedaba un mes para terminar una beca Curie) que abandonara su contrato ¡inmediatamente!, y tomara posesión ¡ya! del contrato RyC que acababan de concederle, o se fuera a otra institución con viento fresco (¡que osadía1). Y “caballo loco” se fue a todo galope, perdiéndose por el horizonte de la UCM, para no volver jamás. Hizo pero que muy bien. ¡De la que se libró! 

 

Resumiendo, no hay nada que hacer. La calificación que merecemos es un “0” “papatero”. Vamos, que si de la boca de nuestro entrañable Unamuno salió aquella célebre frase de “que inventen ellos”. Ahora deberíamos decir: “los Nóbel “que se los coman con patatas fritas los marcianos”. Estamos fuera de juego. ¡No!, España definitivamente no es un país para fomentar Nóbel, sino más bien para impedir la eclosión de tales extraterrestres descarados y atrevidos. Por esta razón, la poderosa Polonia tiene más de 10 y España tan sólo 2 (en ciencias, por supuesto). Uno de ellos pudo salir adelante sin un duro, y el otro emigró a “Marte”. Pero no se preocupen, siempre nos quedarán las folclóricas y el maravilloso sol de España.

 

Juan José Ibáñez

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2 comentarios

  1. Estimado Juanjo,

    Siempre me ha parecido que la obsesión por ser premio Nobel es una ordinariez; algo muy en la línea de querer ser ministro, otra horterada; y lo digo sin segundas intenciones relativas al último ejemplo nuestro. A mi entender el problema no es si España está "en la carrera" de tener científicos con posibilidades de ser premiados. Primero porque el premio no deja de ser una suerte de lotería a la que, naturalmente, hay que jugar para que pueda tocarte, pero que eso no garantiza que vaya a hacerlo. En el campo de la biología quien más cerca ha estado ha sido sin duda Antonio García-Bellido, elemento fundamental en la biología española y en mi opinión, el mejor biólogo, junto a Ramón y Cajal, que ha dado el país. Sin su contribución no se entendería la biología del desarrollo. Según he oído a más de un especialista – yo no lo soy -, no lo obtuvo porque no quiso adentrarse en los mecanismos moleculares de sus observaciones, puramente genéticas, algo que muchos atribuían a su proverbial tozudez y su carácter fuerte. Personalmente me ha parecido siempre un ejemplo de científico "químicamente puro" que ha estudiado aquello que le ha interesado dejándose a un lado las modas; su originalidad y brillantez dió lugar precisamente a una "moda"; pero en eso consiste la genialidad. Como he oído a menudo, la mejor biología que se hacía en España en los ochenta, la de García-Bellido, se realizaba cruzando moscas y observando con una lupa, sin las exigencias de grandes equipos que los biólogos moleculares necesitan. Desgraciadamente para él, en aquellos años los Nobel en Fisología y Medicina, e incluso en Química, se concedieron con mucha frecuencia a biólogos moleculares, lo que Antonio nunca ha sido ni ha querido ser. Pero sin su lucidez y clarividencia mostrando qué había que estudiar, los biólogos moleculares probablemente no habrían tenido nada que hacer. Así es a veces la historia que premia a los continuadores de una hipótesis nueva y no a quien parió la hipótesis. Algo parecido ha ocurrido con el último Nobel de Fisiología y Medicina.

    El problema es que en el estado actual de la ciencia, el "publica o perece" es lo más contrario al fomento de la originalidad, siempre arriesgada, que nos podamos imaginar; en consecuencia, ese estado de cosas lleva al "stajanovismo" en la producción de papel, fijándose como única meta que el índice de impacto sea lo más alto posible; cualquier otra consideración no importa. En esas condiciones, la aparición de gente original que trate de desarrollar nuevas propuestas no es que no esté estimulada, sino que están seleccionados en contra por los modestamente autotitulados "científicos de excelencia", en su gran mayoría puras medianías que no pasarán a la historia de la ciencia pero que controlan la mayoría de las revistas, incluídas las de "perfil alto". Sin premio Nobel, científicos como Antonio García-Bellido ya están por méritos propios en la historia de la biología. Y permanecerán.

    Sigue con salud.

    ARC.

  2. Hola ARC,

    Completamente de acuerdo en todo y reitero todo. Como ya comenté en este Blog, cuando estaba en el Comité Científico Asesor de la Presidencia del CSIC, García Bellido y yo comenzamos a sentarnos juntos por pura coincidencia. Poco a poco nos dimos cuenta de que nuestra manera de entender la ciencia tenía muchos puntos en común. Un día el Presidente de entonces propuso un grupo "ad hoc" de cuatro personas para hacer una propuesta o directriz a la hora de acceder a todas las escalas de la plantilla del CSIC. Finalmente fuimos tres: García Bellido, Avelino Corma y este servidor. El resultado fue lo que yo llamo el "Informe Bellido". Obviamente no prosperó y fue aparcado. Creo que nadie estaba interesado en depurar el sistema o hacerlo más transparente.

    Sé (aunque no puedo valorar el tema por falta de conocimientos) todo lo que ha aportado Antonio a la Ciencia. También se que su manera de pensar no gusta al establishment, como la mia. Y como los dos teníamos mucho temperamento….. Por eso raramente aparece entre los autodenominados sacerdotes de la ciencia.

    Obviamente los que nos diferencia indiscutible es el talento. Otro cuestión indiscutible. El problema de las personas honestas es que molestan a nuestros santones.

    Y Antonio seguro que no ha corrido mil pasillos ni fraguado ninguna maniobra para buscar premios. De hecho siente un cierto desprecio hacia al menos "la mayoría de ellos".

    A pesar de nuestros temperamentos, jamás tuvimos la mínima discusión.

    Un cordial saludo

    Juanjo Ibáñez

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