La preservación de suelos raros o singulares no ha despertado el interés de los edafólogos (en sentido estricto) y de otros especialistas en ciencias del suelo, hasta fechas muy recientes. El vocablo conservación no es utilizado con el mismo significado en edafología y ecología. Mientas la preservación de la biodiversidad es un tópico en boga, no ocurre lo mismo con la edafodiversidad, en donde conservación suele usarse como sinónimo de uso (explotación) sostenible del recurso edáfico. Veamos el valor de conservar tales “rarezas”,  a las que se ha convenido en denominar suelos endémicos, por cuanto forman parte de nuestro patrimonio geológico y biológico.

 

Uno de los principales problemas a la hora de analizar y conceptualizar la presencia de suelos raros o singulares deriva de la propia naturaleza de las taxonomías de suelos. Mientras que las clasificaciones biológicas son abiertas, y más que permitir fomentan la detección de nuevas especies, las edafológicas son cerradas y orientadas a propósitos utilitaristas, por lo que a los expertos les resulta difícil (por no decir imposible) caracterizar y denominar nuevos edafotaxa, una vez tales constructos han sido publicados. Más aún, podría considerarse que las clasificaciones de suelos están concebidas para soslayar su presencia. Tan solo a nivel de las series y familias de suelos de la taxonomía de suelos americana sería posible incluir, “aunque no como sería deseable”, tales ensamblajes (ya que caracterización, definición y nomenclatura sí son abiertas, aunque los criterio…….). Por estas razones, han sido los yanquis (con la salvedad de este impresentable administrador) los únicos que se han abordado el tema que hoy nos ocupa. Habrá que esperar a ver como la nueva estructura  de la WRB se desenvuelve en esta ámbito.

 

El concepto de endemismo es claro e intuitivo en primera instancia (pero…): edafotaxa caracterizados por ensamblajes no habituales de horizontes, propiedades y materiales de diagnóstico que se circunscriben a zonas geográficas muy concretas. En cualquier caso, tal concepto puede relativizarse en función de la extensión del área considerada. En otras palabras, un suelo puede ser abundante, por ejemplo, en un continente o región geográfica concreta y extremadamente raro en otras. En consecuencia, apelar al concepto de endemismo en la actualidad, resultará siempre un tanto ambiguo, si bien como veremos seguidamente, no le resta utilidad e interés. En cualquier caso, sería razonable pensar que tales ensamblajes singulares debieran despertar el interés de los propios genetistas, por cuanto implican combinaciones especiales (y contingencias evolutivas idiosincrásicas) de los ensamblajes de los horizontes, propiedades y materiales de diagnóstico que pueden arrojar luz sobre ciertos procesos edafogenéticos. Sin embargo, no ha sido así, ya que lamentablemente seguimos pensando en “clave utilitarista”.

 

El edafólogo norteamericano Bockheim, en 2005, escribió un artículo sobre el tema, aunque no acertó (en mi opinión) a tener en cuenta los problemas previamente mentados. De todos modos, resulta de interés analizar brevemente lo que nos propone. El mentado autor, utilizando las familias de la USDA-ST comenta que tales edafotaxa singulares suelen circunscribirse a regiones con climas y vegetaciones semejantes, lo cual en su opinión refuerza el concepto de suelos zonales.  Seguidamente, realizo un tes con las series de suelos de la susodicha clasificación, usando la base de datos STATGO, con vistas a detectar que factores formadores contribuían más a la detección de suelos endémicos. Bockheim detecta como los más relevantes tanto los materiales parentales poco frecuentes (como por ejemplo los serpentínicos), como las topografías singulares (las cuencas endorreicas). Debido a que los edafotaxa poco evolucionados (escasa profundidad y horizonación), o asociados a condiciones peculiares de relieve son frecuentes, no dan lugar a suelos que pidieran considerase endémicos (de acuerdo a la susodicha clasificación). De tales ejercicio concluye que, mientras los suelos zonales e intrazonales pueden dar lugar a endemismos, los azonales no. El autor finalmente comenta que el concepto de endemismo puede ser usado para detectar suelos raros, únicos o en riesgos de extinción. En nuestra opinión, esta última aseveración debería contemplarse ya en la propia definición de endemismo. Sin embargo, Bockheim no parece tener en cuenta debidamente los problemas derivados de la naturaleza actual de las taxonomías de suelos previamente aludidos, sino tan solo las bases de datos preexistentes, lo cual puede haber dado lugar a su extraño hilo argumental, por no decir carente de toda lógica.

 

Sea como sea, el ejercicio del susodicho edafólogo no deja de tener interés. Por su parte, este impresentable administrador abordó con antelación el tema que nos ocupa, si bien forma más concisa y menos explícita (Ibáñez et al. 2004). El propósito de estos últimos trabajos consistía en proponer una metodología con vistas al diseño de reservas naturales para la preservación de la edafodiversidad (ver post en la “Categoría Diversidad”). Debemos insistir en que el principal problema de para hablar de suelos endémicos, al menos en términos taxonómicos estriba, en la propia naturaleza de las taxonomías edafológicas, tal como hoy están concebidas. De hecho, para los arquitectos de tales constructos son más una maldición que una belleza exótica que nos ofrece la naturaleza. Por esta razón, las taxonomías de suelos poseen ciertos rasgos que las diferencian someramente de las biológicas (mayor equitabilidad en la distribución de taxa según su “tamaño”)

 

Por su parte, Ibáñez y colaboradores en un estudio (aun no publicado) desarrollaron una metodología que no se basa en asunciones teóricas, sino en un mero análisis cuantitativo de los datos, para lo cual hacen uso de herramientas matemáticas de fácil aprendizaje, como lo es el análisis fractal, mediante el método de las cuadriculas. Con tal motivo, haciendo uso de sistemas de información geográfica, analizaron la base de datos digital de los suelos de Europa. Sucintamente, se trata de fragmentar tal información en cuadrículas de tamaños crecientes (desde los 20 a los 2000 km2) y ver si los datos se ajustan a una ley potencial. Al trabajar con tres órdenes de magnitud, se consigue tal ajuste podemos decir que la distribución espacial de un edafotaxa es fractal.  

 

Si se observa el gráfico que continuación exponemos, observaremos que muchos edafotaxa, como los Gleysoles eútricos, se ajustaban casi perfectamente a una ley potencial (margen inferior derecho de la figura). Las conclusiones son de gran interés. Como veremos a continuación. Sin embargo no ocurre los mismo con un Cryosol hístico, como veremos seguidamente.

 

 

 

El Mapa de la Distribución de los Gleysoles eútricos

en Europa muestra de la estructura fractal

 

Al detenerse en el ajuste a la ley potencial que se muestra en el margen inferior derecho de ambas figuras, se comprobará que, cuanto más ampliamente se encuentra distribuido el edafotaxa estudiado en el continente, tanto más se acercan los puntos a la recta de coordenadas logarítmicas. Por tanto, el Gleysol eútrico atesora una estructura fractal. No podemos estar seguro de tal hecho en el caso del Cryosol hístico, por cuanto es conforme a la susodicha ley potencial cuando analizamos los píxeles de tamaño pequeño y medio, pero no para los de mayores dimensiones. Se trata de un suelo zonal, al contrario que otro edafotaxa estudiado, que puede considerarse intrazonal. En otras palabras, cuando el tamaño de píxel o cuadrícula sobrepasa el área de distribución geográfica del edafotaxa zonal, se pierde el ajuste al modelo de distribución estadístico mentado. Tal hecho no implica que dentro de su dominio pudiera distribuirse fractalmente, pero no en el contexto del continente europeo (lamentablemente la base de datos de Europa no tiene la suficiente resolución como para dilucidar esta última cuestión, al contrario que la americana).

 

 

 

El Mapa de la distribución de los Cryosles m

Hísticos

en Europa diverje del ajuste a una potencial para

las cuadrículas de gran tamaño

 

Pues bien, imagínense ahora un edafotaxa endémico que tan solo aparece en una o dos localidades. En tales situaciones no se generaría ajuste alguno al modelo de distribución de estadística mentado, ya que los datos divergirían de la recta mucho antes que en el caso mostrado en la última figura.

 

En un contexto Europeo, un taxon zonal no puede considerarse endémico (ya hemos mentado la relatividad del concepto), pero sí los intrazonales como lo es el Gleysol eútrico. Se aplico tal metodología a los 70 tipos de suelos más abundantes en Europa, lo que nos impide mostrar una gráfica de tal situación. Sin embargo todos los analizados se ajustaban a los patrones mentados, por lo que sólidamente llegamos a las conclusiones que aquí exponemos. Exponemos pues el caso de varios tipos de Andisoles en USA (usando la USDA-Soil Taxonomy). Como se puede observar, ya a nivel de suborden, ciertos taxa pueden considerarse endémicos.

 

 

 

El Mapa de la distribución de los

subórdenes de Andisoles en EE.UU.

Varios de ellos podrían considerase

endémicos

 

 La metodología pues parece prometedora, con vistas a detectar los suelos endémicos en el ámbito de una región geográfica determinada. Tales datos pues refutan la propuesta de  Bockheim para los suelos zonales, pero los corrobora para los suelos azonales (no son endémicos) e intrazonales (si pueden ser endémicos). Más aún, teniendo en cuenta que el punto de divergencia respecto a la ley potencial nuestra proposición metodológica permite cuantificar el grado de endemismo, sin asunción teórica de ningún tipo, lo cual hace que nuestra aproximación sea más objetiva que la mostrada por el autor norteamericano.

 

 

Juan José Ibáñez

Compartir:

2 comentarios

  1. Estimado José:

    Te escribo este mail con el siguiente motivo. Resulta que soy estudiante y a fines de año tengo que presentar un exámen de matemáticas y mi tema es Fractales en la Geografía. Se que es un tema relativamente nuevo y me ha costado econtrar información

    Mi exámen, lo voy a orientar al problema de la costa de Gran Bretaña y si tu tuvieras información que pudieras darme te lo agradecería muchísimo.

    espero contar con su apoyo,

    Catalina E.

  2. Catalina,

    Justamente uno de los ejemplos que utilizó el pabre de los fractales: "B. Mandelbrot" para popularizar su teoría fue el de ¿cuando mide la costa de gran Bretaña?, retomando un trabajo previo de un tal Richardson.

    Catelina en la web hay suficiente información sobre este tema. Por favor no me hagas buscarla a mí cuando lo puedes hacer tu. Son decenas de peticiones que recibo al día de esta características. Y debo recordar a menudo que esto lo hago por afición y sin cobrar un duro. Me debo a mi trabajo de investigador y lo que me soliciatis diariamente sobre pasa el trabajo de varias personas a tiempo completo.

    De verdad que hay mucho en la web. Búscalo, por favor.

    Suerte

    Un cordial saludo

    Juanjo Ibáñez

Deja un comentario