Tanto en las primeras contribuciones a esta weblog sobre el concepto de suelos, como en el culebrón dedicado a Los “Modelos Conceptuales y Representaciones del Sistema Suelo”, comentamos que la horizonación del suelo: es decir la génesis de las capas u horizontes del suelo, como estructuras macroscópicas ordenadas emergían del “caos” (o al menos de estructuras menos ordenadas) que acaece en los niveles de las propiedades de los niveles jerárquicos inferiores de la jerarquía edafológica (Jerarquías en el Sistema Suelo: La teoría de Los sistemas jerárquicos y los problemas escalares y Aplicación de la teoría de Los sistemas jerárquicos: la edafosfera). Del mismo modo, Antonio López la Fuente abordó el tema de los “horizontes del suelo” en otras tres contribuciones. Ahora bien, las estructuras macroscópicas del suelo, también, a veces, se encuentras sujetas a procesos que tienden a destruir los horizontes y generar, como corolario, un “solum” de características mucho más homogéneas. ¿Cuáles son estas fuerzas? ¿Qué edafotaxa son afectadas por ellas? Veámoslo sucintamente.

Básicamente, los procesos naturales (excluyendo la erosión, por cuanto se reducen a extraer y exportar materiales edáficos), son denominados de “haploidización”. Los más importantes son:   

 

  • Crioturbación
  • Bioturbación
  • Edafoturbación intrínseca debido a la composición de los minerales del suelo

 

Crioturbación

Los Gelisuelos o Criosuelos, es decir aquellos con una capa de hielo permanente a una determinada profundidad desde su superficie (permafrost), están sujetos a una especie de mecanismos de “convección” que da lugar a la remoción de parte del perfil. Raramente en ellos se pierde toda la horizonación, empero su dinámica se ve restringida por ella.

 

Bioturbación

Los organismos que habitan en el suelo, suelen ser agentes que desplazan materiales edáficos de arriba abajo y/o de abajo arriba. Generalmente no entorpecen en demasía la génesis de horizontes. Sin embargo, en determinadas circunstancias pueden terminar por producir un solum totalmente homogéneo (sin horizontes). Un ejemplo típico son las termitas en ambientes tropicales y subtropicales y su repercusión sobre los Oxisuelos característicos de estos ambientes. Otro caso bien distinto es la caída de los árboles en zonas boscosas. Ya sea por muerte natural, por enfermedad y/o por el azote de un viento huracanado, al desplomarse la zona aérea de un árbol, sus raíces son también arrastradas y con ellas la mayor parte del material edáfico que retienen entre su entramado. Se genera así un hoyo que tiende a ser rellenado por materiales colindantes. El edafotaxa original, generalmente compuesto de varios horizontes, da lugar a una masa homogénea de materia edáfica procedente de varios horizontes de los cuerpos edáficos colindantes, iniciándose un nuevo proceso de horizonación. Existen otros ejemplos, pero creo que estos son suficientes para dar cuenta del fenómeno. A nivel paisajístico y partiendo de la lógica premisa de que, por ejemplo, la caída de árboles o el abandono y creación de otros termiteros, fueran más o menos aleatorios, se produciría una superficie en mosaico compuesta por edafotaxa con horizontes y sin ellos. Dicho de otro modo, los edafotaxa constitutivos de estos paisajes de suelos tendrían una ciclicidad determinada: una “fecha aleatoria de caducidad”. Sin embargo dudo que tales procesos sean “totalmente” aleatorios.  

 

Edafoturbación intrínseca

Cuando el material original es rico en arcillas expandibles, ya sean heredadas, ya por neoformación (p. ej. montmorillonita) y/o en situaciones geomorfológicas concretas que dan lugar a la acumulación de tales fracciones y composiciones, la edafogénesis tiene como resultado unos edafotaxa denominados Vertisuelos. En estos, los procesos de expansión-contracción de las estructuras macroscópicas (agregados de gran tamaño con tendencia a dar morfologías prismáticas) terminan creando otro proceso de tipo convectivo que tiene como resultado final una destrucción o impedimento de la génesis de horizontes.

 

Rsumiendo: Existen dos fuerzas dialécticamente contrapuestas en edafogénesis: horizonación y haploidización. Según unas u otras sean dominantes, el perfil del suelo tenderá a haploidizarse (homogeneizarse) o a adquirir con la edafogénesis una estructura en capas (“horizonarse”).

 

Una característica bastante frecuente de estos suelos haplodizados consiste en la pérdida de estructuras horizontales, pero también en la formación de otras superficiales de más difícil aparición en los suelos ricos en horizontes.  

 

Este hecho nos lleva a un dilema en los criterios de clasificación de los suelos que veremos en una próxima comunicación.    

 

Juan José Ibáñez

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13 comentarios

  1. […] diferentes propiedades (físicas, químicas y biológicas), a no ser que ocurran procesos de haploidización, es decir, que   destruyan tales estructuras naturales. Los Cambisoles, resultan ser los […]

  2. […] y la subsuperficie se mezclan, un proceso conocido como “churning” (“revoltura”), o “pedoturbación” (mecánica). La revoltura ha sido considerada un punto esencial en la formación de estos suelos. Sin embargo, […]

  3. […] de la materia orgánica con la profundidad que otros tipos de suelos que no disfrutan de tanta bioturbación.  En los sistemas agropecuarios, la fertilidad del suelo se mantiene mediante la aplicación de […]

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