Sobre la investigación y los contratados del programa «Ramón y Cajal»: Algunos Comentarios Discrepantes

Hoy, en el Cuaderno de Bitácora Estelar ha salido una noticia titulada «¡Que inventen ellos!». Sobre la investigación y los contratados del programa «Ramón y Cajal». Quisiera hacer algunas reflexiones, por cuando aún teniendo mucha razón, habría numerosos aspectos que matizar y explicar al ciudadano.

Estoy totalmente de acuerdo sobre el drama que implica truncar la carrera de muchos jóvenes investigadores (y ya no tan jóvenes, por cuanto la media de entrada por oposición al CSIC alcanza la notable cifra de unos 37-38 años) en este país.  Pasan los años, nuestros políticos siguen prometiendo el oro y el moro y no avanzamos nada. Nos encontramos en la misma situación que hace 2 décadas. Yo personalmente he estado manifestándome junto a ellos hace unos pocos años, y era el único investigador en plantilla que estuvo con su pancarta delante de la institución de turno. Poca solidaridad por parte del personal científico en plantilla, ¿verdad? También hablamos mucho, pero a la hora de la verdad (..). Si al menos nos pusiéramos todos en huelga (.). Pero hay miedo, mucho miedo a las represalias.

 

Completamente de acuerdo en «casi todo lo que se dices» David. Ahora bien discrepo de algunos tópicos y ciertas aseveraciones que comienzan a generalizarse en los medios de comunicación. David, no te molestes porque estoy con vosotros, pero también llevo 20 años en plantilla y deben explicarse ciertos planteamientos y estrategias que ya viví en el pasado. No me gustaron «nada de nada» y por ello quisiera dar mi opinión aquí.

 

  1. Equiparar «Cajales» con «Cerebros», y la nefasta política del personal científico, con la «fuga» de genios es una pasada: «una solemne tontería». Comienza a darse la impresión de que los jóvenes investigadores que no han conseguido una «Cajal» son peores «por definición» de los que sí lo lograron. No es cierto.
  2. Y no es cierto debido a que los sistemas de selección que equiparan el número de «papers» indexados con el coeficiente intelectual son deleznables.
  3. Es un gravísimo error confundir calidad con cantidad: a Marcial La Fuente Estefanía con Miguel de Cervantes.
  4. Estos criterios se tuvieron en cuenta cuando os concedieron los contratos, pero no el impacto (número de citaciones por los colegas) que realmente informan mucho más. Con el índice de impacto «H» del que se viene hablando, veríamos realmente cuales son buenos investigadores y cuales no. Lo mismo ocurre hoy en día cuando os presentáis a oposiciones.
  5. Tal como se dan estas noticias en los medios de comunicación, parece que el sistema español de I +D + I se arreglaría si se os diera la oportunidad «a todos los Cajales» de entrar de golpe. La famosa ley del embudo que ya he vivido desde que era precario predoctoral. No considero que sea la solución, por cuanto hay otros doctores, que aunque no sean «Cajales» pueden ser tan buenos científicos como vosotros y merecen la misma oportunidad ante un tribunal. ¿o no? ¿Por qué entonces solo se habla de «Cajales»?. Es una palmaria discriminación. 
  6. Lamentablemente, he conocido a muchos «Cajales», así como los equiparables a ellos en tiempos pretéritos, que pueden haber publicado mucho, pero cuya relevancia científica era y es paupérrima (la mayor parte de sus publicaciones no habían sido citadas ni tan siquiera una sola vez: «impacto 0». Conozco otros jóvenes investigadores que no han salido al extranjero, a los que se la ha denegado una «Cajal» o la posibilidad de tener una I3P, con más de 70 o 100 citaciones en numerosos de sus trabajos. Ser «Cajal» o ¿No Cajal! No es la cuestión.
  7. La racanería y el incumplimiento sistemático de las promesas de nuestros políticos de ofertar nuevas plazas sí (con criterios de mayor garantía que el número de «papers»), ese sí es el problema.
  8. Y todo esto viene al caso debido a que, en «movimientos o movilizaciones» anteriores, los jóvenes que habían salido a formarse al extranjero reclamaban grupalmente un número de plazas (ya fueran contratos indefinidos, ya de funcionario) equiparables a su masa crítica. En otras palabras no pensaban en los que vendrían después, o en los que no habían salido a hacer mundo, dando por sentado que ellos eran superiores cuando muchas veces no era así.
  9. Lo más terrible ha sido observar el comportamiento posterior de muchos de estos «Cajales», o equivalentes, una vez entraron en la plantilla y cual es la excelencia de sus investigaciones. Y dramático comprobar que les importaba un «rábano» cuando otros protestaron después por lo que ellos había reclamado y obtenido anteriormente. Cuando más tonto e incompetente es uno, más arrogante parece ser también.

 

Resumiendo David, estando casi completamente de acuerdo con el reiterado drama de la miserable oferta de empleo que ofrece un gobierno tras otro, así como del sufrimiento que genera en el personal joven investigador. Sin embargo considero que los tribunales tienen que tener el CV en las manos de los candidatos, valorarlo objetivamente su cualificación, ya que no están todos los que son, y no son todos los que están. No volvamos a gremializar el tema y a confundir al público. Vosotros habéis estado fuera, a veces en los mejores laboratorios del mundo, esto debe plasmarse en la calidad de vuestros CV y en la claridad y relevancia de vuestras exposiciones ante un tribunal. Nada más y nada menos.

 

¿Defiendes que todos los «Cajales» son Cerebros y que obtendrían trabajo inmediatamente si se fueran otra vez a «hacer las américas»?. ¿Todos alcanzarían altos cargos en sus laboratorios de acogida? Vosotros sabéis muy bien que en numerosos laboratorios y países, los jefes suelen ser de la propia nación, mientras que se prefieren asistentes foráneos, debido a un comportamiento bastante criticable y esclavista.

 

David, estoy con vosotros en todo lo concerniente a la gravedad del tema y a los sistemáticos incumplimientos del poder respecto a sus proclamas electorales. Pero insisto, cuidado con lo que se dice y lo pudiera subyacer de fondo, especialmente si se discrimina a otros no «Cajales». El talento no lo da un tribunal que selecciona quien es Cajal y quien no; quien entra en plantilla y quien no. Conoces de sobra como la dedocracia permanece soterrada, tanto en OPIs como en Universidades.

 

Todo lo que he dicho es razonable y coherente, veamos como se interpreta.

 

Un abrazo y contad con todo mi respaldo mientras (…..). Ya sabes.  

 

Juan José Ibáñez

 

 

 

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