Cuando Se Descubren Patrones Interesantes Sin Percatarse De Ello. Un Ejemplo Extraído de la Edafología

La Edafodiversidad: Una historia Repleta de Grandes Científicos Olvidados 6

Edafodiversidad y Biodiversidad 20f. Antecedentes sobre Geodiversidad como ejemplo de las voces silenciadas de los científicos que se adelantaron a su tiempo

Para terminar sobre los héroes olvidados en los estudios de edafodiversidad, comentaré que los australianos Beckett y Bie, en 1978, casi sin saberlo detectaron por primera vez las relaciones edafodiversidad-área. El trabajo apareció en un una publicación interna de un instituto de fama internacional en lo concerniente al inventario de recursos naturales denominado «CSIRO (Aust. Div. Tech. Pap nº 33«). Por tratarse de una publicación institucional, y no periódica, no alcanzó mucha difusión. Jonathan Phillips, me recordó la existencia de este artículo. Finalmente lo conseguí a atreves de la USDA. Veamos lo que nos cuentan.

 

Sin explicar porqué, estos autores, haciendo un excelente análisis crítico de la elaboración y uso de los mapas y clasificaciones de suelos en Australia, usaron gráficos en escalas logarítmicas, detectando relaciones potenciales entre diversas variables, como fue el caso de la edafodiversidad con el área. No hacen mención de ellas. Fue intuitivo. En cualquier caso, si mencionan erróneamente que sus resultados, para el caso de las curvas edafotaxa-área no tenían nada que ver con las SPARs publicadas en biología. Craso error de un magnífico «paper». Lástima para ellos, mejor para mí.

 

Sin embargo, como hemos mentado, descubrieron otras estructuras potenciales (ni tan siquiera mentan el término: tan solo vieron que los datos quedaban mejor que a un gráfico con coordenadas cartesianas con trasformaciones logarítmicas, que sin ellas) para otros muchos aspectos que conciernen a la actividad de los edafólogos. Tan curiosos y sorprendentes son esos datos, a la luz de la nueva visión que ofrece las ciencias de la  complejidad (como también ocurrió con las ya comentadas curvas de Willis) que han sido fuente de inspiración para un trabajo que actualmente estoy realizando en colaboración con Bob Ahrens (jefe del Servicio de Suelos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos). El titulo de este último es «The Fractal mind of the Pedologists«.

 

Así pues, queda por preguntarse ¿de quien es pues la paternidad del descubrimiento de las SPARs en los recursos abióticos?: ¿de aquellos que las encontraron por casualidad para negar inmediatamente cualquier vinculación?, ¿De aquel que se afanó independientemente en buscarlas y las detectó sin tener conocimiento previo de un trabajo soterrado en la literatura? ¡A saber!.  Se trata más de la vanidad que compartimos los investigadores por demostrar quién ha sido pionero en un campo, que de sus repercusiones en el progreso de la ciencia.  Si no cité en mis papers con anterioridad su trabajo fue por puro desconocimiento, pero será una referencia obligada a partir de ahora. Hay que rescatar a los héroes olvidados y a veces denostados, aunque éste no fue el caso. Al fin y al cabo a Einstein no le dieron el Premio Nóbel por sus Teorías de la Relatividad (restringida y general) sino por lo que más tarde reconoció como el error más grave de su carrera científica: sus contribuciones a la mecánica cuántica. ¿Pensaría hoy lo mismo, ya que hablamos de su centenario?

 

El trabajo de Beckett y Bie a la luz de las ciencias de la complejidad y de la geometría fractal, constata que la vinculación entre muchos constructos teóricos que elaboran los edafólogos y su puesta en práctica conlleva el uso inconsciente de estructuras fractales muy sofisticadas. La mayoría de nosotros, sin saberlo, operamos mentalmente apelando a estructuras fractales. Resulta un hecho sorprendente, por cuanto la mayoría de mis colegas son de la opinión de que los fractales son artefactos matemáticos de escaso valor «práctico». Veamos lo que piensan tras de mostrarles que sus «cabecitas» trabajan y procesan la información fractalmente. Será divertido. Lástima que el trabajo de Beckett y Bie no se encuentre disponible en la Web. Por aquel entonces, Mandelbrot acababa de publicar su libro seminal sobre fractales pero estos autores desconocían su existencia, por lo que no pudieron extraer fruto de su esfuerzo. Lo extraño es que nadie desde entonces se halla dado cuenta de ello. Incluso a Phillips, que trabaja con herramientas de las CC. de la Complejidad, se le pasó por alto, claro está que nunca ha mostrado interés por los fractales hasta la fecha. Gracias a él por mostrarme el trabajo y darme una gran oportunidad para poder fascinar a mis colegas (si lo consigo).

 

Juan José Ibáñez emocionado con su nuevo juguete

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