da Vinci, Forum y los nuevos siervos de la gleba

Desde el 400 al 1800 de la Era Común los europeos (y otros muchos seres humanos, pero conocemos mejor nuestra propia historia) funcionamos como siervos de la gleba, siervos de señores feudales que se arrogaban, no se sabe bien por qué, el derecho a utilizar a sus siervos para sus orgullos personales.

O por mejor decir, si se sabe por qué:  Cuando el imperio romano estaba ya en franca decadencia sus pobladores habían perdido las ganas  de defenderse unos de otros, y encargaron a aquellos primeros señores de la guerra, que venían de los nortes de Europa, que les defendieran: Al final del imperio romano se substituyó el esfuerzo personal y la libertad individual, que era el derecho de cada romano, por la seguridad social del estado: El  ¿ciudadano? entregaba su libertad a cambio de la protección del estado y del señor de la guerra más próximo.

 

En 1789 se empezó a cambiar aquello, y pareció como si cada ser humano pudiese hablar con cada otro desde un plano de igualdad. Hubo abusos, y de aquellos abusos se desarrolló, en un esquema malthusiano, un nuevo sistema de servidumbre, no impuesto, sino pedido por una cierta mayoría de ciudadanos. Hoy somos capaces de seguir los dictados de unos pocos a cambio de una tranquilidad ficticia respecto a las preocupaciones.  Y lo que es peor: Hoy los señores de la guerra no son auto-elegidos: Hoy disfrutan de mayorias parlamentarias porque asi los votamos nosotros,d e manera que pueden hacer los mayores estropicios porque “lo quiere el pueblo”. Testigo: La ciudad de Madrid.

 

¿De donde deriva esta reflexión? Escuchaba el lunes pasado que durante el fin de semana del 19-21 de Mayo, el 90% de las visitas a los cines de España habían sido para ver El Código da Vinci.  Esta película, y la novela de donde deriva, representan el ansia básica de muchos seres humanos desde aquella caída del imperio romano: El ansia del  milagro, del Grial, del  misterio que nos da la riqueza sin pasar por el esfuerzo, sino mediante una lotería sin sentido; el cuento infantil.  Hay muchos que han decidido ponerse  al servicio de quien nos quiere contar un cuento,  un cuento que somos -nosotros- los que aceptamos. Es evidente que hay estafadores (¿Forum, Afinsa?)  pero los estafadores, como la productora de la película que comento, no hacen dinero sin aquellos crédulos que quieren duros a cuatro pesetas y que son los que al fin y a la postre, pagan.  El juego de la confianza lo juegan también los gestores de la sociedad: Marbella,  y otros muchos a los cada uno puede poner el nombre que quiera:

 

“Dame tu confianza, yo te cuido, y tu me das el producto de tu trabajo y tu libertad”

 

La sociedad, que había sido adulta durante 500 años en el imperio romano, se revirtió a la infancia. Tras doscientos años de libertad adulta despues de la revolución francesa hemos vuelto a la niñez: La vida actual es la vida del niño: Cuidado por amantísimos padres, el interés, como se muestra en los comentarios que recibo a estos blogs y que todos podemos leer, es que “la sociedad (alias los padres)  proporcione trabajo, vivienda, salud, juegos y entretenimiento. A cambio, como el niño, se entrega a los padres la libertad. La demanda básica es de deporte (es decir, de juego sin objetivo creador), de entretenimiento (“dadme fútbol, vela, F1, motos, cotilleo, series, …….”), de cuidado del cuerpo (como nos cuidaban nuestros padres). En vez de buscarse cada uno el trabajo, se demanda al gran hermano que lo proporcione; en vez de construirse uno una casa ( o hacer el dinero para comprarla) se demanda al estado que nos la dé.

 

Al infantilizarnos entregamos nuestra libertad, como el niño que la tiene hipotecada al cuidado de los padres, y que hoy mantiene la hipoteca hasta la muerte.

 

El mundo que nos rodea no resiste más esta dejación de libertad, esta demanda constante, como de niño malcriado, de gozo sin trabajo, de disfrute sin responsabilidad. Si nuestra preocupación es ir en moto al circuito de Jerez, ir en coche a Montmeló, para, emitiendo CO2, disfrutar de los miles de toneladas de este gas lanzadas por los payasos del circo correspondiente, y ante la llamada a la conciencia decimos “Que lo arregle el papá estado”, el resultado es claro y evidente: Es claro y evidente para los que leen estos blogs, para aquellos que se han asomado a ver la evolución del Ártico. Sin responsabilidad, asumiendo la niñez, la magia del Grial, el resultado es la destrucción de todo lo que nos rodea. Al tiempo.

 

¿Nos gustaría crecer?

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3 comentarios

  1. Estoy totalmente de acuerdo o casi del todo con el comentario sobre los nuevos siervos, por mi parte agregaria que la humanidad nunca tuvo el esatuto de adulta, en ninguna epoca historica si con eso queremos decir que la infancia es la falta de responsabilidad, pero no es ese el problema a debatir , la cuestión es porque el pueblo, la gente, los ciudanos, los componentes de la especie humana necesitan amos, necesitan tener quien los ordene, les solucione (aparentemente) la vida. Esta imperiosa necesidad de amos llega al extremo de creer en Dios, que como buen amo desarrolle un sentido para la vida. ESto es algo serio no es que los amos se impongan y exploten a los esclavos, es que los esclavos necesitan, quieren, desean un amo. (al reves del marxismo)

  2. Creo que sólo una tercera parte de la población de cualquier país tiende a ser y comportarse como adultos. De las otras dos terceras partes, una se comporta como infantes y la otra como padres (venenosos, dañinos).

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