El temor a la curva de Hubber

[Jose L. Garcia Fierro]

Hubbert, un geofísico de la empresa anglo-holandesa Shell, elaboró una curva para describir la evolución de la producción de petróleo. La curva de Hubbert tiene un máximo que se sitúa próximo a 2011. A partir de esa fecha, cuando la producción baje y se incremente más el consumo, el precio que habrá que pagar por el petróleo será mucho más elevado que en la actualidad. ¿Qué alternativas tendremos?

La curva de Hubbert es un gráfico que muestra la velocidad de producción de petróleo en función del tiempo. Esta curva tiene forma de volcán, con un máximo que se denomina pico de Hubbert y que se sitúa según las fuentes en la proximidad de 2011. Esto significa que de año en año se descubren menos yacimientos de petróleo, incluso con la utilización de tecnologías de exploración-producción actuales muy avanzadas que permiten extraer crudos de localizaciones tales como aguas profundas (> 2.000 metros), pozos horizontales y ultra-profundos (> 6.000 metros).

Evidentemente ni la posición del pico de Hubbert en las proximidades del año 2011 ni el brusco incremento del precio del barril desde 2004 significan que petróleo se acabe a lo largo de la próxima década. Hay reservas probadas de crudos medios y ligeros, denominados convencionales, del orden de 1.200.000 millones de barriles, que al ritmo de consumo de 84 millones de barriles/día, garantizan un suministro durante 39 años. Estas estimaciones se basan en el hecho de que el ritmo de consumo es constante, pero no se sabe cómo crecerá la demanda en las próximas décadas. Algunas estimaciones apuntan a que ese tiempo se reducirá, pues en los próximos 20 años países como China, India y Rusia así como los continentes asiático y africano duplicarán la demanda, al mismo tiempo que USA lo hará en un 50%, mientras que Europa-Japón-Latinoamérica experimentarán crecimientos mucho más modestos. A esta consideración meramente aritmética se deben añadir otras más aleatorias como son los riesgos en el suministro desde países exportadores, aprovisionamiento de reservas estratégicas de los países consumidores y, por supuesto, la especulación de los mercados.

Ante el desafío que se deriva del pico de Hubbert se deben buscar soluciones. Algunas son evidentes, aunque su realización depende de muchos factores. Algunas de estas soluciones incluyen: (i), la reducción del consumo de hidrocarburos líquidos, no de energía, porque ésta es sinónimo de bienestar social, pero tampoco derrocharla. (ii), Seguir desarrollando el uso de energías alternativas hasta donde sea razonable, seguro y respetuoso con el ambiente con una apuesta cada vez más seria por las energías renovables. (iii), Seguir invirtiendo en innovación tecnológica, esperando que los nuevos desarrollos permitan aprovechar las reservas no convencionales: petróleos pesados y extra-pesados, rocas bituminosas y arenas asfálticas. Estas posibilidades representan alrededor de 10.000 barriles adicionales de petróleo que se sitúan principalmente en el continente americano (Canadá y Venezuela). La recuperación de tales reservas no convencionales dependerá del precio del barril convencional y del desarrollo de una tecnología que mejore los actuales métodos de conversión de estas fracciones pesadas.

Compartir:

4 comentarios

  1. Nos quedan 10 años de petroleo (si no es menos).

    "Control económico es control del poder", lo que nos lleva a que los dueños del petroleo, mientras lo haya, serán los que dictaminen las normas.

    Hoy en día hay avances científicos suficientes para no depender en absoluto del crudo.

  2. La opción no es seguir invirtiendo en innovación tecnológica, esperando que los nuevos desarrollos permitan aprovechar las reservas no convencionales de petroleo.

    Cada litro de petroleo que se consume es liberar CO2 que no debería estar ya en la atmosfera, ya que donde estaba estaba bastante bien, y era su lugar.

Deja un comentario