El libro de Hervé Le Guyader, titulado «Geoffroy de Saint Hilaire. Un naturaliste visionnaire», contiene el texto íntegro del tratado “Principes de Philosophie zoologique (Discutés en Mars 1830 au sein de l’Academie Royale des Science)”, de Geoffroy, y los escritos correspondientes al debate con Cuvier. En la vuelta de su portada se encuentra la imagen de arriba, que representa dibujos del corte de un cuadrúpedo plegado sobre sí mismo (A) y el corte de un pulpo (B).

Aunque el debate versaba acerca de la conveniencia o no de buscar un plan único en el desarrollo de los animales, su significado es más profundo. Si aceptamos el plan único, estaremos admitiendo que el hombre es, ni más ni menos que eso: un animal. Pero en 1830 el terreno académico no estaba todavía bien preparado para esto.

Para admitir en los medios académicos que el hombre es un animal será necesario que llueva mucho y que la historia deje caer todavía unos cuantos golpes sobre las espaldas de los intelectuales, que no sobre las del hombre de la calle, para quien las cosas siempre estuvieron más claras. Así, en la primera mitad del siglo XIX; mucho antes de existir una biología moderna; antes de haberse escuchado los azotes repartidos a diestro y siniestro por Nietzsche, por Marx y por Freud, Geoffroy defiende la que luego será una idea central de la biología.

 

Empieza así a aparecer una densa niebla en torno al reconocimiento generalizado por la Academia de que el hombre es un ser superior, al cual algunas especies animales se parecen más y el que, por lo tanto, ha de ser tomado como referencia en los tratados de Anatomía comparada. El ser humano es, nos dice Geoffroy, simplemente, otro resultado más de la aplicación del mismo plan general.

Copiaré aquí algunos textos de este tratado:

 

Es en estas circunstancias en las que me propongo dar al público los discursos que se han escuchado en la Academia, exponer el desarrollo de las ideas rivales en el orden de su producción. Pero antes deberé precisar el objeto….

El primer objetivo que se proponen igualmente los dos métodos, es el de saber qué órganos, en los animales corresponden a los anteriormente estudiados y antiguamente denominados en el hombre. Ni el punto de partida ni el de llegada dan lugar a ninguna incertidumbre. Todas las partes del cuerpo humano son conocidas y también se pueden encontrar sus partes análogas en el cuerpo de los animales para re-encontrarlos en su concordancia recíproca a la que se aplican todas las investigaciones de la anatomía comparada. En tanto en cuanto se encuentran semejanzas, son relaciones cuya constatación forma las cúspides de la anatomía transcendente

El método antiguo no ha seguido lo que llamaba la degradación de las formas, siendo parte del hombre, es decir de la organización que consideraba como más perfecta. A cada momento de sus investigaciones, se encuentra con una forma aproximadamente similar, desde donde ella desciende sobre cada diferencia notable. Se propone el conocimiento de tales diferencias….

Este mismo método peca todavía más por insuficiente. Si paráis en los mamíferos fisípedos, no podréis seguir más allá vuestras comparaciones, y sería necesario extenderlas a la consideración del pie de los rumiantes y de los caballos.

Opongamos a los procedimientos que acabamos de mencionar, la conducta que prescribe la teoría de los análogos para llegar a una determinación severa y filosófica de los mismos órganos. Es necesario, en primer lugar, que se dedique a un sujeto neto y bien circunscrito: Es el único modo que tiene de escapar a la influencia solícita de las formas y de las funciones, una influencia que tiende a introducir varias circunstancias, donde no hay que admitir más que un hecho que se trata de examinar. Estamos así más forzados a arrastrarnos de anillo en anillo e invocar desde similaridades aproximadas ahí donde verdaderamente no hay semejanzas verdaderas. Así comenzamos por buscar el sujeto que aporta su condición general, independientemente de todas las disposiciones accesorias, un objeto aislado, que el principio de las conexiones ilumina con su luz y que retiene invariablemente, a pesar de todas sus modificaciones posibles, el contenido de su esencia primitiva, su carácter filosófico de una composición uniforme.

El punto en discusión es de saber, si es con razón o sin ella que he recomendado un método para la determinación de órganos y si éste método es o no preferible al método antiguo y habitual.

Mediante su método Geoffroy defendió la posición de Meyranx y Laurencet y su idea central, la de la existencia de un plan único en el desarrollo de los animales que alcanzaría su mayor esplendor con los resultados de la Biología molecular casi doscientos años después,…

A él, Cuvier opuso argumentos conservadores, por ejemplo, tras hablar de la complejidad de los cefalópodos, dice:

Sin embargo, me he guardado mucho de decir que esta organización, aproximándose, por la abundancia y la diversidad de sus partes, a la de los vertebrados, fuese compuesta igualmente, ni ordenada sobre un mismo plan; al contrario, siempre he sostenido que el plan, que hasta un cierto punto es común a los vertebrados, no se continúa jamás en los moluscos.

En definitiva, y desde la óptica actual, se trata netamente de un debate entre lo que hoy llamaríamos una postura evolucionista (Geoffroy) y una fijista, conservadora (Cuvier) que algunos hoy llamarían incorrectamente creacionista, puesto que Cuvier exponía sus argumentos desde una perspectiva científica. No obstante, otra lectura también hoy ilustrativa, interesante y actual, podría ser que se trata del debate entre el investigador arriesgado e innovador (el genio, Geoffroy) y el  conservador (Cuvier). Desde esta perspectiva se puede hoy anotar que si en su época, Geoffroy tuvo ciertos apoyos, en un debate similar, hoy, el investigador arriesgado e innovador tendría pocas defensas frente al conservador, seguramente menos de las que tuvo entonces Geoffroy.

A mi entender, estas son las interpretaciones más justas y coherentes del debate desde un punto de vista actual. Interpretarlo de otra manera resulta en complicar las cosas. No hay razón para debatir, si en la Naturaleza es primero la forma o la función, puesto que jamás se vio a una sin la otra. El planteamiento de Enrico Coen comentado en la entrada anterior, resulta así ligeramente sesgado y algo sospechoso, sobretodo cuando los apartados siguientes de su capítulo se titulan respectivamente “Conflict and controversy” y “The darwinian solution”.

El debate ha sido a menudo malinterpretado, utilizado como telón de fondo para presentar en todo su esplendor a la estrella fulgurante, Darwin; pero la interpretación justa es más bien la contraria, es decir, que en 1830, cuando Darwin era un pimpollo, un joven estudiante de teología en Cambridge, dos sabios franceses disputaban acerca de aspectos esenciales que hay que tener en cuenta para comprender lo que hoy hemos dado en llamar evolución. El pastel se había cocido y se repartía antes de tener un nombre. La que muchos llaman todavía revolución darwiniana, había ocurrido en Paris sin que el joven pimpollo tuviese ocasión, no ya de participar en ella, sino ni tan siquiera de enterarse.

El debate es hoy un tema de actualidad. En este link se encuentra el comentario del libro de Hervé Le Guyader por Phillip R. Sloan, que fue publicado en la revista Metascience (2006) 15:127–131. Comienza así:

A medida que uno se acerca al famoso Museo Nacional d’Histoire Naturelle en Paris desde el norte, a lo largo de la calle de Linneo, la esquina del terreno del Museo marca una bifurcación aguda entre dos calles que limitan la propiedad del Museo, la calle Cuvier va hacia el este a partir del límite noreste de los jardines, y la calle Geoffroy St Hilaire continua hacia el sur para formar el límite oeste. Esta divergencia material de dos calles parisinas parece simblizar las dos carreras de estos que una vez fueron famosos profesores del museo, una vez próximos y que dividieron sus caminos en el gran debate de 1830…….

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19 comentarios

  1. Estoy estudiando Filosofía por la UNED y buscando información para la asignatura Historia de la Ciencia he llegado ya varias veces a su página. Le doy la enhorabuena y le animo a seguir. Por cierto, mi novia es bióloga y le he recomendado ya visitar su blog.

    Saludos cordiales

  2. Aquí en la UNAM, en México y en particular en la Facultad de Ciencias, son antilamarckianos (son darwinistas y blancos por cierto que mediante métodos extraños de selección artificial académica y racista se han autosostenido toda la vida) y eso es grave. Y es que le han hecho aquí en México un gran homenaje a Darwin cuando se han olvidado por completo de Lamarck. Muchos grandes investigadores de grandes universidades del mundo piden a gritos que se re-evlue a Lamarck, pues con los nuevos hallazgos sobre epigenética y sobre biología molecular, de ninguna manera el darwinismo puede andar ya solo por la vida tendrá que ir acompañado tarde o temprano por las tesis Lamarckianas, eso crearía un orden social más justo y menos cruel.

    ATTE

    Dr. en Biología
    José Francisco Bravo Moreno

  3. La sacralización de Darwin y la negación sistemática del lamarckismo solamente ha creado más miseria y muerte y la justificación biológica de los más bajos deseos y apetitos por parte del ordén capitalista neoliberal, es hora de que se revisite la teoría Lamarckiana pues junto con la tesis darvinista se crearía un orden social y económico más justo

  4. Quizás esto venga al caso
    Charles Lyell realizó un viaje científico por la Francia transformista en el primer tercio del siglo XIX. Se hizo de grandes amigos como es el caso de Geoffroy Saint Hillaire y su hijo Isidore. De este viaje, Lyell obtiene las principales directrices lamarckianas que luego serán vertidas en el segundo volumen de sus principios de Geología, realizando en los capítulos dos y tres críticas severas a la idea transformista de Lamarck. Este volumen pasaría a manos de Charles Darwin quien durante su viaje de escala mundial no llega a atisbar en lo referente a la evolución sino tiempo después. Después del éxito del “Origen de las Especies”, Lyell, comprendiendo su error respecto a su incredulidad sobre la evolución y reculando, le pide a Darwin que no sea tan severo con Lamarck, pues las principales directrices para escribir el “Origen….” fueron tomadas de la Filozofía Zoológica.
    Al respecto, según Enrique Beltrán (1945), en la correspondencia de Darwin con Lyell se encuentra lo siguiente:
    “Usted alude muchas veces en su libro “La Antiguedad del Hombre” a mis ideas como una modificación a la doctrina de Lamarck sobre el desenvolvimiento y la progresión. Si tal es su opinión deliberada no tengo nada que decir. Pero no comparto su opinión, Platón, Buffón, mi abuelo antes que Lamarck, y otros también han adelantado la hipótesis evidente que, si las especies no han sido creadas separadamente, han debido descender de otras especies: esto es lo único común al Origen y a Lamarck.
    Un programa de la BBC de Londres discute esta situación histórica y es posible bajarla de internet:
    http://www.bbc.co.uk/programmes/p005495d
    Lamarck and Natural Selection
    Listen now(45 minutes)
    Available to listen.
    Last broadcast on Fri, 26 Dec 2003, 21:02 on BBC Radio 4 (see all broadcasts).
    Melvyn Bragg discusses Jean-Baptiste Lamarck, the 18th century French scientist.
    Charles Darwin defined Natural Selection in On the Origin of Species, “Variations, however slight and from whatever cause proceeding, if they be in any degree profitable to the individuals of a species… will tend to the preservation of such individuals, and will generally be inherited by the offspring”. It was a simple idea that had instant recognition, “How extremely stupid not to have thought of that!” said T H Huxley. However, Darwin did not invent the idea of evolution and not everyone saw his ideas as original. The great geologist Charles Lyell repeatedly referred to “Lamarck’s theory as modified by Darwin”, Darwin complained to him, “I believe this way of putting the case is very injurious to its acceptance”. He desperately wanted to escape the shadow of this genuine scientific precursor and what has become known as the ‘Lamarckian Heresy’ has maintained a ghostly presence on the fringes of biology to this day.
    Who was Lamarck? How did Natural Selection escape from his shadow and gain acceptance from the scientific establishment? And has any evidence emerged that might challenge the elegant simplicity of Darwin’s big idea?
    With Sandy Knapp, Senior Botanist at the Natural History Museum, Steve Jones, Professor of Genetics in the Galton Laboratory at University College London and author of Almost Like a Whale: The Origin of Species Updated; Simon Conway Morris, Professor of Evolutionary Paleobiology at Cambridge University
    http://www.bbc.co.uk/programmes/p005495d

    Lamarck y Selección natural

    Escuche ahora (45 minutos)
    Disponible para escuchar.
    La última emisión en Fri, el 26 de diciembre de 2003, 21:02 por la Radio de BBC 4 (ver todas las emisiones).
    Melvyn Bragg habla de Jean-Baptiste Lamarck, el científico francés del 18vo siglo.
    Charles Darwin definió la Selección natural en En el Origen de Especies, “Las variaciones, sin embargo leves y de cualquier proceso de causa, si ellos estar en cualquier grado provechoso a los individuos de una especie … tenderán a la preservación de tales individuos, y será generalmente heredado por el descendiente”. Era una idea simple que tenía el reconocimiento inmediato, “¡Cómo muy estúpido de no haber pensado en esto!” dijo T H Huxley. Sin embargo, Darwin no inventó la idea de la evolución y no cada uno vio sus ideas como originales. El grande geólogo Charles Lyell repetidamente se refería a la teoría de «Lamarck como modificado por Darwin”, se quejó Darwin a él, “Creo que este modo de poner el caso es muy perjudicial para su aceptación”. Él desesperadamente quiso evitar la sombra de este precursor científico genuino y lo que se ha hecho conocido ya que la ‘Herejía de Lamarckian’ ha mantenido una presencia fantasmal en las franjas de biología hasta este día.

    ¿Quién era Lamarck? ¿Cómo se escapó la Selección natural de su sombra y ganó la aceptación del establecimiento científico? ¿Y tiene cualquier prueba surgida lo que podría desafiar la simplicidad elegante de la idea grande de Darwin?

    Con Sandy Knapp, Botánico Mayor en el Museo de Historia natural, Steve Jones, Profesor de Genética en el Laboratorio Galton en Colegio universitario Londres y autor de Casi Como una Ballena: El Origen de Especies Actualizadas; Simon Conway Morris, Profesor de Paleobiología Evolutiva en universidad de Cambridg

  5. Ruego disculpas que haya pasado una traducción al castellano sobre el programa de la BBC. No sé como vino a parar esta última, pero espero no se tome en cuenta ha sido un error de “dedo”.

  6. En 2013 se cumplen 100 años de la muerte de Alfred Rusell Wallace. Creo que es momento para recuperar su figura. Fue desprestigiado por sus ideas vitalistas y por su afiliación espiritista.. Pero creo que la humanidad le debe mucho. Si no llega a ser por Wallace, tal vez Darwin no hubiera publicado El Origen de las Especies.

  7. El problema es que Wallace y Darwin no fueron otra cosa más que copiones de Lamarck a quien tacharon de metafísico y finalista o incluso vitalista en el sentido medieval. Pero Wallace y Darwin tienen algo que Lamarck no tenía, esto es, ambos tenían un profundo racismo y nacionalismo criminal y asesino arraigado en sus pésimas tradiciones colonialistas, y con esta clase de principios morales capitalistas acoplaron su tesis evolutiva al problema del hombre, de ahi que sean tan preferidos. Lamarck era un hombre progresista dotado en lo social y en lo científico, fue mucho más científico que los plagiarios Wallace y Darwin juntos. Ahora bien, dado que Wallace fue espiritista y en esas sesiones espiritistas asistían el director del museo de historia natural de Londres y el llamado bulldog de Darwin, Thomas Huxley, quien por cierto era medium (esto segun un artículo del Scientific American), entonces, con que derecho le dicen a lamarck que era él el metafísico, más bien ocurría todo lo contrario, usted está muy desinformado señor Leandro.

  8. Muchas gracias a todos por sus comentarios.

    He escogido los comentarios de Hernando Renán Vazquez del día 30 de enero 2011 y éste último de Luis Jaramillo del día de ayer para incluirlos en las entradas sobre críticos de Darwin. Si tienen algún inconveniente les ruego me lo indiquen. Si, por el contrario, sus autores quieren añadir alguna información personal (fecha de nacimienot, fotografía, lugar de trabajo, intereses profesionales) será bienvenida.

    Un cordial saludo,

    Emilio

  9. […] El problema es que Wallace y Darwin no fueron otra cosa más que copiones de Lamarck a quien tacharon de metafísico y finalista o incluso vitalista en el sentido medieval. Pero Wallace y Darwin tienen algo que Lamarck no tenía, esto es, ambos tenían un profundo racismo y nacionalismo criminal y asesino arraigado en sus pésimas tradiciones colonialistas, y con esta clase de principios morales capitalistas acoplaron su tesis evolutiva al problema del hombre, de ahi que sean tan preferidos. Lamarck era un hombre progresista dotado en lo social y en lo científico, fue mucho más científico que los plagiarios Wallace y Darwin juntos. Ahora bien, dado que Wallace fue espiritista y en esas sesiones espiritistas asistían el director del museo de historia natural de Londres y el llamado bulldog de Darwin, Thomas Huxley, quien por cierto era medium (esto segun un artículo del Scientific American), entonces, con que derecho le dicen a lamarck que era él el metafísico, más bien ocurría todo lo contrario, usted está muy desinformado señor Leandro. Comentario en este blog el  28 oct 2012 […]

  10. No, no tengo ningun problema en que se publique lo que he manifestado previamente, ya enviaré en proximas fechas mis datos personales. Y gracias por todo.

    Un saludo.

  11. El artículo al que se hace referencia respecto a las sesiones espiritistas a las que asistían Huxley, el hijo de Darwin y el que algun día se convertiría en el gran timador debido al fraude del hombre de Piltdown, Edward R. Lankester, (y quien también por cierto sería el futuro director del museo de historia natural de Londres), apareció en el Scientific American del mes de octubre de 1996, el volúmen es el 275 y el número del volúmen es el 4, y lleva por título «Charles Darwin and associates, ghostbusters».

  12. P. J. Taylor, investigador del museo de zoología comparada de la universidad de Harvard (1985) y en relación a Lamarck nos devela que el neo-darwinismo no permitía bajo ningún modo la explicación de la herencia de los caracteres adquiridos. Nos dice que la explicación plausible de Waddington, que armoniza la teoría darwiniana con la lamarckiana fue desechada arbitrariamente lo mismo que varias que se habían construido a contraposición del neo-darwinismo. Y es que en realidad, para 1930 la teoría darwiniana había entrado en un grave declive entre los biólogos (aún más dentro de los psicólogos) y había que rescatarla a toda costa. El mismo Taylor nos indica que la imposición tuvo como centro focal de inicio de esta perversa estrategia el simposio que organizó la Royal Society en 1936 intitulado: » A Discussion on the Present State of the Theory of Natural Selection» y cuya versión por internet se encuentra disponible (Watson 1936), y donde por fuerza de la impostura dictatorial del más fuerte, Fisher y Haldane introdujeron su determinística idea matemática sobre el poder aclarativo de la sobrevivencia diferencial entre diferentes genotipos. El mismo Fisher de manera totalmente tergiversadora habría dicho:
    «….los sistemas racionales de la evolución, son las teorías que hacen al menos inteligibles y familiares a la razón, debemos dar vuelta a aquellas que creen que la adaptación es una fuerza progresiva e impulsora del proceso. El Lamarckismo fue el primero en este campo, y las razones de su abandono nos son familiares».
    Después de varias sesiones de tono venerador a la tesis darwiniana por parte de los neodarwinianos, por fin le tocó su turno a un seguidor de Lamarck. Así, en su respuesta, el Dr Mc Bride F.R.S. dijo lo siguiente:
    “Yo no debería estar interviniendo aquí puesto que el secretario de la Royal Society no me invitó a participar para así poder expresar mis opiniones que por cierto son opositoras a la teoría evolutiva de Darwin. El nombre de Darwin siempre ha tenido que ver con «la selección natural», es decir, la supervivencia de sólo algunos de las fases juveniles producidas por un par de padres. Pero en realidad esto siempre habría sido un hecho patente, baste como ejemplo algo que siempre habría quedado marcado de manera muy obvia en nuestras memorias: de 100 smolts (fase juvenil del salmón) que bajan de un río en su camino hacia el mar, sólo cinco vuelven como un salmón. Sin embargo, no fue Darwin sino Lamarck quien primero llamó la atención hacia este tipo de selección cincuenta años antes de que el Origen de las Especies fuera escrito; Lamarck era, como el doctor Fisher lo ha dicho, el primero en exponer una teoría de evolución en el sentido moderno, es decir, de lo que se entiende por transformación. El doctor Fisher continuó luego diciendo que todos sabemos por qué esta teoría había sido rechazada. Sin embargo, el Dr Fisher es un matemático eminente que ha tomado el estudio de la biología tardíamente en su vida, yo me aventuro a decir que por tanto él no sabe nada en absoluto sobre los verdaderos motivos que hay respecto a la oposición histórica que se tiene a Lamarck”.

  13. s realmente difícil criticar apriorísticamente a Darwin, sin embargo, de vez en vez cayó en verdaderas ocurrencias que no dejaron de llamar la atención, tomamos algunas referidas por Marcel Prenant (1940):

    «Pero lo que establece la principal distinción en la potencia intelectual de los dos sexos, es que el hombre, en todo lo que emprende alcanza un nivel superior a aquel que la mujer puede lograr cualquiera que sea, por otra parte, la naturaleza de la empresa».

    «El hombre llega a sentir por habito adquirido o hereditario, que le conviene obedecer a sus instintos más tenaces. La palabra deber no parece implicar sino la conciencia de que existe un instinto persistente, innato o adquirido en parte, que sirve de guía, aunque puede ser desconocido y desobedecido. Nos servimos del término deber en un sentido apenas metafórico cuando decimos que los perros galgos deben cazar corriendo, que los de presa deben apresar y los podencos deben traer la caza entre los dientes. Si no lo hacen así, son torpes y faltan a su deber».

    «Se ha dicho que el sentimiento de lo bello es peculiar al hombre; pero cuando vemos a ciertos pájaros machos desplegar laboriosamente ante las hembras sus plumas de espléndidos colores…no es posible dudar que las hembras admiran la belleza de sus compañeros machos».
    «A juzgar por los ornamentos horribles y la música no menos atroz que admiran la mayoría de los salvajes, se podía deducir que sus facultades estéticas se hallan en grado de desarrollo inferior al que alcanzan estas facultades en algunos animales como los pájaros».

    «Dudo mucho que el dinosaurio no haya tenido una voluntad libre, ya que nosotros la tenemos»

    Pero en realidad Darwin ya no es tan divertido como cuando describe un año antes de su muerte su ideario y pensamiento extractado, dando una aplicación social humana a su teoría evolutiva en respuesta a una misiva:

    «Podría discutir y mostrar que la selección natural ha hecho y hace todavía más por el progreso de la civilización de lo que usted está dispuesto a admitir. Recuerde el peligro que corríamos hace pocos siglos las naciones europeas de ser aplastadas por los turcos y como parece ridícula en nuestros días semejante idea. Las razas más civilizadas, a las que llamó caucasianas, batieron a los turcos completamente en la lucha por la existencia. Lanzando una mirada por el mundo, sin detenerse en un porvenir muy lejano, ¡cuantas razas inferiores serán bien pronto eliminadas por otras que han alcanzado un grado de civilización superior!”.

  14. Sería bueno el poder leer este libro que se cita a continuación, se observa interesante, he aqui algunos comentarios que encontre al respecto:

    From Darwin to Hitler: Evolutionary Ethics, Eugenics, and Racism in Germany was released in 2004 (paperback edition in 2006) with Palgrave Macmillan in New York, a major publisher of historical scholarship.

    Dustjacket blurb:

    In this compelling and painstakingly researched work of intellectual history, Richard Weikart explains the revolutionary impact Darwinism had on ethics and morality. He demonstrates that many leading Darwinian biologists and social thinkers in Germany believed that Darwinism overturned traditional Judeo-Christian and Enlightenment ethics, especially those pertaining to the sacredness of human life. Many of these thinkers supported moral relativism, yet simultaneously exalted evolutionary «fitness» (especially in terms of intelligence and health) as the highest arbiter of morality. Weikart concludes that Darwinism played a key role not only in the rise of eugenics, but also in euthanasia, infanticide, abortion, and racial extermination, all ultimately embraced by the Nazis. He convincingly makes the disturbing argument that Hitler built his view of ethics on Darwinian principles rather than nihilistic ones. From Darwin to Hitler is a provocative yet balanced work that should encourage a rethinking of the historical impact that Darwinism had on the course of events in the twentieth century.

  15. Muchas gracias Luis y José Francisco por sus comentarios que vienen a enriquecer los contenidos de este blog. En relación con la eugenesia tenemos también este libro que puede ser interesante:

    Eugenesia y eutanasia: la conjura contra la vida
    Guillermo Buhigas Arizcum

    De esta página web en donde se anuncia:

    http://www.muertedigna.org/textos/euta155.htm

    Extraigo un párrafo:

    Creo que Eugenesia y Eutanasia. La conjura contra la vida desenmascara racional y documentalmente los falsos dogmas, principalmente del darwinismo, base conceptual, de toda la barbarie sufrida por la humanidad en los últimos doscientos años.

    (Hay más, leánlos ustedes)

    El libro de Marcel Prenant que cita seguro que es bien interesante. Muy bueno el texto de MacBride que puede hojear en JStor:

    http://www.jstor.org/discover/10.2307/82031?uid=3737952&uid=2129&uid=2134&uid=4576392487&uid=2&uid=70&uid=3&uid=4576392477&uid=60&sid=21101529799787

    Atención a esta frase:

    WThere are four fundamental dogmas in the Weismannian religion and every single one of them has shown to be false….»

  16. Por demás interesantes los datos que proporciona doctor Cervantes muchas gracias, esta vez voy a cambiar de tercio para mostrar algunos datos históricos que respaldan lo dicho por Lamarck.
    En el volúmen 266, número 3, del mes de marzo del año 1993, la Revista “Scientific American” publicó en su sección “Essay” el artículo de un distinguido profesor universitario llamado Otto E. Landman, el artículo lleva por título: “Inheritance of acquired characteristics”. Y aunque ya es antiguo, me ha parecido conveniente mostrar algunos párrafos que me han parecido por demás interesantes y muy aclaratorios de lo que ha venido sucediendo. Hay a este respecto una sección en alguno de los blogs en donde el Profesor Cervantes tiene una discusión -por cierto bastante larga- , con un homónimo del muy darwiniano Francisco Ayala quien por cierto es adorado en México por los biólogos de la UNAM y el IPN, tal como si fuera un Dios. Veamos:

    Inheritance of Acquired Characteristics

    “Can environmentally induced or acquired changes in organisms be transmitted to future generations? Does the inheritance of acquired characteristic –if it occurs at all- play a significant role in evolution? These questions were the subject of heated scientific and political controversy until as recently as the 1960s, when the decisive successes of classic genetics submerged this debate. If asked, most biologist today would say that inheritance of acquired characteristics never occurs. Yet there are actually numerous well-documented examples of the phenomenon, and I believe it has played a major role in speeding up evolution.
    “Jean Baptiste de Lamarck, the 18th-century French evolutionist whose name is frequently linked to the subject of inheritance of acquired characteristics, believed that animal’s use or disuse of an organ´s development in the animal´s offspring”.
    “Genetics and molecular biology have since shown convincingly that adaptations of a body part cannot trigger changes in the sperm and egg cells that transmit traits”.
    “Some environmentally induced changes are heritable, however. In growing bacteria, for instance, the rigid cell walls are simultaneously synthesized and cut by enzymes. If an experimenter completely removes the cell wall from a bacterium, the balance between wall synthesis and destruction is shifted, and the bacterium continues to grow and multiply indefinitely without walls. Bacterial nakedness is clearly an acquired characteristic that is inherited”.
    By accident, the protozoan Oxytricha sometimes produces “double monsters” that consist of two individuals fused together like Siamese twins. When a double monster is cut in two lengthwise, the result is two “singlets” that reproduce to give normal offspring. If a double monster is cut in two crosswise, however, each half gives rise to a double monster, which gives rise to more double monster. A heritable characteristic can be through a single cut.
    The inherited absence of cell walls in bacteria and the accidentally acquired monster condition in Oxitricha result from stabilized in the expression of gene activity –without any attendant changes in the genes themselves.
    A fundamentally different kind of environmentally induced heritable change occurs when specific sets of genes are either eliminated from or added to an organism. For example, virus sigma causes fruit flies to be sensitive to carbon dioxide. Infected flies pass on the virus to their offspring. But if the flies are kept warm while they are producing eggs, the virus is eliminated, and the offspring are resistant to carbon dioxide.
    Sometimes the distinction between an organism and its evolutionary fellow traveler is not so obvious. In the protozoan Euglena, as in all green plants, self-replicating organelles called chloroplasts carry out photosynthesis. If Euglena are treated for six days with the antibiotic streptomycin, they lose their chloroplasts can survive without photosynthesis and transmit the condition to their offspring”.
    “Despite the extensive experimental evidence demonstrating inheritance of acquired traits, in a recent survey of 30 current college genetics texts I found no mention that the phenomenon actually occurs. To quote one of these Lamarck´s hypothesis of the inheritance of acquired modifications has been discarded because no molecular mechanism exists or can be imagined that would make such inheritance possible”.
    El Doctor Otto E. Landman posteriormente nos dice que todo se debe al caso Lysenko, lo cual ha sido aprovechado para desacreditar a Lamarck pero luego nos dice:
    “But biologists have thrown an important baby out with Lysenkoist bathwater. Great advances in genetics and molecular biology since then have shown that the inheritance of acquired characteristics coexists comfortably with molecular genetics. It is now time to recognize that and understanding of the role of acquired characteristics opens a broader perspective on genetics and evolution”.

    Otto E. Landman is professor of biology emeritus at Georgetown University. He is the author of a review on the inheritance of acquired characteristics in the 1991 Annual Review of Genetics.

  17. Es posible encontrar una versión muy larga respecto de este tema escrita por el Dr Otto E. Landman en una página del internet, de hecho a través de este medio tiene el varias referencias. El artículo puede ser encontrado poniendo en el buscador de Google:
    OttoE. Landman. THE INHERITANCE OF ACQUIRED
    CHARACTERISTICS.
    Annu. Rev. Genet. 1991.25:1-20. Downloaded from arjournals.annualreviews.org
    by Nuffield College – University of Oxford on 07/15/08. For personal use only

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