La metamorfosis de las plantas, una idea que maduró en el viaje a Italia de Goethe. II Palermo

A los pocos meses de la visita al botánico de Padua que mencionábamos en la entrada anterior, tras la visita al jardín de villa Giulia, que estaba situado al lado del actual orto botanico de Palermo, el martes 17 de Abril de 1787 Goethe escribe:

En presencia de tantas formas nuevas y renovadas, se ha apoderado nuevamente de mí mi antigua manía de que a lo mejor sería capaz de descubrir bajo esta multitud de variedades la planta primigenia. ¡Es forzoso que exista! ¿Cómo reconocería yo que ésta o aquella forma es una planta si no estuvieran todas hechas de acuerdo con el mismo modelo?. Me esforcé en averiguar en qué se diferenciaban entre sí todas aquellas formas diversas. E intentando indagar esto cada vez estaba más convencido de que las semejanzas superaban a las desigualdades.

En este querer ver lo común más que lo diferente queda constancia escrita de los antecedentes de la biología en un tiempo en el que predominaba la búsqueda de la diferencia de Linneo. Geoffroy profundizará más tarde en esta idea clave que está en la base de la Biología y cuya expresión escrita pertenece por primera vez a Goethe. ¿Cómo habría de ser a planta primigenia, la Urpflanze, aquella de la cual procederían las otras?.

La planta primordial debería ser la creación más admirable del mundo, por la cual la Naturaleza entera me envidiaría. Con este modelo y la clave que contiene, uno podría inventar un infinito número de plantas, unas que a pesar de su imaginaria existencia podrían llegar a ser reales, no siendo solo literarias y sombras e ilusiones, sino que poseen una verdad interna y una necesidad. El mismo principio sería aplicable a todo otro aspecto de la vida.

(En una carta a Herder el 17 de mayo de 1787).

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