Demanda judicial de EndNote contra Zotero

Hace una semana David González Pisano me contó que acababa de saltar en ArsTechnica la noticia de que Thomson Reuters, la empresa creadora del programa EndNoteacababa de interponer una demanda judicial contra los creadores de Zotero (George Mason University). La demanda está basada en el supuesto de que los creadores de Zotero habrían aplicado técnicas de ingeniería inversa sobre el formato de fichero de EndNote, y que parte del conocimiento obtenido se habría trasladado al diseño de Zotero para importar información en la última versión.

EndNote ha tenido hasta hace relativamente poco el monopolio sobre los programas de búsqueda y gestión de referencias bibliográficas, pero está empezando a tener problemas con competidores como Zotero, que es gratuito, multiplataforma (Windows, Mac, Linux, …) por integrarse en Firefox como un plugin, multieditor (funciona tanto con Microsoft Office como con OpenOffice) y gestiona e indexa los PDF de los artículos, o con Papers, que está enfocado al mercado de Apple y es también capaz de gestionar e indexar los PDF de los artículos.

Sinceramente, intentar licenciar un formato de fichero es como intentar licenciar genes: puede que algunas legislaciones lo permitan, pero es totalmente abusivo. Thomson Reuters está intentando en la demanda que se reconozca que el formato de fichero es software o que forma parte de él, y que por ello está bajo el copyright de su producto. Es cierto que algunos formatos de fichero pueden revelar detalles del software que lo usan (por ejemplo, los documentos de Office y el formato OLE, o el formato H.264 y los algoritmos de compresión/descompresión de video), pero eso sólo refleja un diseño del software íntimamente centrado en torno a ese formato, lo cuál puede mermar la evolución del software cuando se intente mantener la compatibilidad hacia atrás.

Parece el típico intento de obligar a seguir usando un software a los usuarios del mismo por miedo del creador del programa a perderlos, y por miedo de los usuarios a no poder extraer la información ahí almacenada. Un formato de fichero puede estar licenciado, pero la información y el conocimiento recopilado por el propietario del fichero que siga ese formato, ¿no pertenece intelectualmente a su creador, su fuente o su recopilador?

Enlaces

Compartir:

Deja un comentario