David Barrado y Navascués

La Agencia Espacial Europea (ESA) ha comunicado que su mision al planeta Venus, la sonda Venus Express, ha realizado de manera perfecta las maniobras de  inserción en órbita y ha recibido las primeras señales después de las mismas.

Mi primer encuentro con Venus, cuando todavía estaba en el colegio,  fue mediante una novela de ciencia ficción,  de Isaac Asimov. Se suponía al escribir el libro, probablemente  en los años 40,  que Venus, que está  permanentemente cubierto por una espesa capas de nubes, era un paraiso  tropical. ¡Craso error! Nada más lejos de la realidad, aunque el conocimiento  de las condiciones aproximadas del planeta no ha sido sencillo.

Desde la Mariner 2, una nave americana que se aproximó a Venus en 1962,  este planeta ha sido un objeto de deseo por parte de soviéticos y americanos. Desafortunadamente en vano en gran parte de los casos. Una tras otra,  la mayoría de las misiones espaciales fracasaban o proporcionaban escasos datos para conocer las propiedades y evolución de este planeta, aparentemente un gemelo  de La Tierra, pero que sin embargo es terriblemente hostil debido a su  altísima temperatura superficial, capaz de fundir plomo, a su extraordinaria presión atmosférica, y a la agresividad de su atmósfera debido a su  composición química.

La sonda Venus Express, lanzada a finales del pasado año por la Agencia Espacial Europea y cuyas comunicaciones se realizan desde la estación de  Cebreros, cerca de Madrid, tiene entre sus  principales objetivos el entender la compleja dinámica de la atmósfera, incluyendo el papel del efecto  invernadero en la evolución de su clima (y de paso ayudarnos a entender mejor la atmósfera terrestre).

Deseamos que tanto la sonda como sus siete instrumentos funcionen  perfectamente y que los datos que nos envie durante la duración de la  misión nos permitan conocer mejor este enigmático planeta.

Más información en el especial sobre Venus  de la ESA. Entre las misiones recientes de la ESA, se encuentra la sonda Mars Express, la misión Cassini-Huygens (Titán y Saturno), el experimento SMART-1  enviado a La Luna, y la misión Rosetta con destino (entre otros) al cometa  67P/Churyumov-Gerasimenko.


La fotocomposición muestra una comparación entre los tamaños de los cuatro planetas más interiores del sistema solar, los llamados planetas tipo terreste (de izquierda a derecha, Mercurio, Venus, La Tierra y Marte).


Imagen de la antena de la estación de Cebreros (ESA).

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