Rebelión de los profesores

Tenía que ocurrir y ha ocurrido. En Málaga los profesores de colegios públicos y concertados  han decidido hacer una jornada de paro como protesta ante la indefensión en que se encuentran. La embestida –la cabeza como ariete– de un padre a un profesor ha hecho explotar el conflicto.Mientras tanto, el Ministerio continúa en su política demagógica: respetar a los irrespetuosos. Rousseaunianos,  Ministerio y Junta de Andalucía miran para otro lado.Lo grave es que el Gobierno no ha hecho nada por modificar la legislación y los irrespetuosos se frotan las manos ante el campo libre que se les ofrece. Los profesores están desesperados; casi un cinco por ciento de los docentes de Málaga se da de baja cada año, la mayoría porque no pueden soportar el  nocivo clima de las aulas, donde imponer silencio, por ejemplo, cuesta hasta 15 minutos. El sistema echa agua, pero  las autoridades siguen actuando como tal cosa. Pues qué bien, adoctrinar gamberros. A lo mejor al mismo Rousseau nole gustaba. MIGUEL GARCÍA-POSADA

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7 comentarios

  1. Totalmente de acuerdo. Soy psiclogo y muchos de mis pacientes son profesores con un proceso depresivo. La situacin actual de la enseanza, motivada por la demagogia poltica, ha convertido a los profesores en poblacin de alto riesgo de patologas relacionadas con la salud mental.

    Saludos.

  2. Soy profesor en un instituto en el que, aparte de las amenazas de muerte de un padre, vía escopeta de cañones recortados… que no existía, según comprobó la Guardia Civil, no hay grandes conflictos.

    Pero hay pequeños conflictos: los alumnos comen chucherías y beben refrescos por los pasillos y dentro de las aulas, a veces con algún profesor -probable premio naranja de este año- dentro. "¿Qué importa que se coman unos chasquis y se beban una cocacola? Si con eso están atentos a la explicación, o por lo menos callados, pues ¡que coman!"

    Pequeños conflictos como permitir, de hecho que los alumnos salgan "pitando" en los cinco minutos entre clase y clase a fumarse el cigarro, dentro del recinto escolar, por supuesto, porque no les da tiempo a irse fuera de la verja y porque, además, no está permitido hacerlo. Todos lo sabemos y todos nos callamos. Incluso el Jefe de Estudios nos ha aconsejado que "miremos para otro lado… si no queremos buscarnos líos".

    Pequeños conflictos, derivados de los dos anteriores, como llegar tarde a cada clase, de forma sistemática con algunos profesores, los "majos", los tolerantes, los "colegas", los que "se enrollan".

    Tal vez algún día surja algún problema más serio (me temo que así acabará siendo) y entonces todos nos alarmemos y tratemos de buscar en los demás: alumos, padres, autoridades, sociedad en su conjunto, la responsabilidad de los problemas y su solución.

    Yo creo que los grandes problemas del futuro se empiezan a solucionar haciendo frente y solucionando los pequeños problemas actuales. Y para ello no hace falta ganarse el "premio limón". Simplemente hay que tener claro a qué nos dedicamos, qué es el respeto mutuo en la convivencia y dejarselo claro a los alumnos. Ellos, lo sé por experiencia, están dispuestos a entenderlo y admitirlo. Muchos hasta a agradecérnoslo.

    Un saludo.

  3. El comentario del Sr. García-Posada sería suscrito por la totalidad del profesorado. Solamente le pondrían reparos los que están al servicio de los distintos gobiernos (Ministerio y Comunidades) o aspiran a estarlo. De los sindicatos mejor no hablar, porque no hace falta: son suficientemente conocidos por el profesorado.

    En mi opinión, dicho así de modo rápido, esto es lo que ocurre.

    En primer lugar, una poderosa, omnipresente, irresistible presión social hacia el hedonismo. Los jóvenes se han convertido en un importante grupo de consumidores y hay que exprimirlos. Ello condiciona los mensajes de los medios de comunicación.

    En segundo lugar, los jóvenes constituyen un grupo de votantes (actuales o futuros) importante. Hay que atraerlos hacia el partido (el que sea).

    En tercer lugar, los padres se encuentran en una situación muy difícil. Son sensibles a la presión de los medios (punto uno) y carecen de herramientas para resistirse a las exigencias de sus hijos, temerosos de que la resistencia «sea peor» porque siempre aparecerá algún irresponsable que, en caso de conflicto, dé la razón al hijo. Tampoco tienen tiempo, ni ganas, de formarse. Y hay bastantes que son verdaderos delincuentes ante los cuales el profesorado esta indefenso.

    En cuarto lugar, la penuria de medios con que cuenta la educación. Colegios e Institutos viejos y mal diseñados, profesores sobresaturados de trabajo (mucho de él, «papeleo» prescindible) teniendo que atender a múltiples demandas además de enseñar , falta de personal auxiliar para tareas no docentes pero sí educativas, falta de medios materiales. Etc.

    Concretando más:

    Una legislación demagógica, pues los partidos, por su propia naturaleza, buscan tener contenta a la gente. En este sentido es paradigmático el «Decreto de Derechos y Deberes de los alumnos» al cual han de atenerse TODOS los reglamentos de Régimen Interior. Es el famoso de cuatro columnas de derechos y media de deberes, (cito de memoria las cifras) de un ministro funesto. El procedimiento sancionador, del mismo ministro, es poco menos que un proceso judicial, complejísimo. Cómo si hubiera que proteger a los alumnos de la perfidia del profesorado. (No exagero. Realmente es así).

    Si las cosas se complican y pasan a mayores, nos encontramos con la legislación sobre el menor (esa es todavía más demagógica, si cabe) que impide a jueces y fiscales actuar de modo rápido y efectivo.

    Antes había bedeles en los Institutos, con competencias en el mantenimiento del orden y con capacidad para sancionar. Ahora hay Auxiliares de control, que cobran muchísimo menos y no tiene esas competencias. Y además hay pocos. ¿Por qué los profesores han de hacer labores de vigilancia?.

    Dan envidia los Colegios americanos que salen en las películas, con su biblioteca , sus campos de deportes, las aulas espaciosas y llenas del material de la asignatura correspondiente, sus cuidados jardines …

    A medida que avanzo me va subiendo «el cabreo», así que termino. Perdonad los fallos, debidos a la improvisación. Un saludo a todos los sufridores.

  4. El buen profesor estimo que debe sufir mucho, el mal profesor… al que no le interesa la docencia sino su nómina…

    ¿Qué apetecible siendo el pastel en oposiciones? ¿Cuántos añoran el puesto de profesor cómodo que descarga en el psicólogo de guardia su impotencia como docente? ¿Saben cuantos malos alumnos concursan por estas plazas tan terroríficas?

    El profesorado, como cómplice de la situación, en una determinada épco, años 80 90, sería interesante como objeto de estudio.

    Insisto el buen profesor sufrirá mucho y cuánto más ha de sufrir el buen alumno, que los hay, ¡¡¡CUÁNTO MÁS!!!

  5. Claro que hay buenos alumnos. Y entre éstos, muchas víctimas del gamberrismo de sus compañeros, por supuesto conscientes del amplio abanico de derechos que les asiste e ignorantes de su pequeño paquete de obligaciones.

    Seguro que muchos profesores habeis sentido lástima, alguna vez, de ese buen alumno al que no le resulta fácil realizar su tarea, en medio de un ambiente que nada tiene que ver con el que sería propio de la actividad educativa.

    Iba a deciros que no debemos desesperar, pero mejor… Siendo realista, os digo:

    ¡Que Dios nos ampare!

    Saludos.

  6. Se que esto no tendra nada que ver, pero soy una xica de 15 años que tiene que elegir mas o menos lo que quiere ser de mayor por que me mandan saberlo ya, nose m da muy bien estudiar pero en matematicas saco sobresalientes y solo me gusta matematicas y voy a apasar a 4º eso, y yo he pensado en hacerme profe de matematicas de primaria..mi pregunta es; ¿ que tengo q estudiar en 4º pa ser profe?? no kiero estudiar baxiller ya despues seria pa escuela taller o algo..esq estoy algo perdida.

    M PODEIS AYUDAR????

    fanigr90@hotmail.com

  7. Ni los padres de alumnos, ni la sociedad en general puede dimensionar el mal ambiente existente en las aulas. Sólo quien está dentro lo sabe. Ahora que soy docente, estas películas americanas en las que se nos presentaba la violencia en las aulas de los institutos americanos con mayoría de alumnado de raza negra y vidas difíciles, me parecen suaves (si suprimimos el uso de armas) en comparación con lo que está sucediendo aquí.En aquellas películas el alumno trabajaba o no. De forma aislada se enfrentaba o no a su profesor. Discutía, se pegaba con sus compañeros fuera del instituto,o en algun rincón de un pasillo pero cuando un profesor les hablaba,al menos escuchaban y mostraban cierto respeto. Pero aquí, ¿saben lo que pasa aquí? El profesor entra a la clase como al circo romano. Siendo él el gladiador, no lucha por su vida, lucha por la educación y por intentar transmitir conocimientos,pero la mayoría no escucha ni prestan atención a nada, no se deja enseñar. La mayoría no tiene grandes problemas, simplemente son niños mimados que buscan diversión en la clase, pero tras esta actitud subyace un aprendizaje por omisión (sobre todo de disciplina) que supone que a estos niños les estamos inculcando la insolidaridad, el egoísmo, la tiranía, el aprovecharse del más débil, la irresponsabilidad compartida y el embrutecimiento. Evidentemente, ésto no es culpa suya, toda la sociedad lo es. Simplemente se trata de parar este despropósito e invertir la dirección de este camino equivocado que dura ya demasiado tiempo. No sólo porque hay una gran parte de la comunidad educativa que se está dejando la salud en ello, sino porque el futuro pinta un color inhumano. Los padres son quienes más capacidad tienen de influir en esto. Sólo con que apoyaran a quienes velan por la educación de sus hijos, ya sería una grandísima ayuda. Saludos a todos los que intentais día a día luchar contra ésto.

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